Los nuevos organismos operarán en 2011 tras el principio de acuerdo logrado ayer por la Eurocámara y los Veintisietebruselas. La nueva arquitectura europea para reforzar la supervisión y reglamentación financiera estará operativa desde el 1 de enero de 2011 si no hay más contratiempos ni nuevos desacuerdos. Representantes de la Comisión Europea, del Parlamento Europeo y del Gobierno belga -que este semestre desempeña la Presidencia rotativa de los 27 Estados de la UE- alcanzaron ayer un principio de acuerdo sobre la mini reforma del sector. Como hace una década, Europa ha dejado de lado proyectos de reformas radicales como sería la creación de euro supervisores únicos. La supervisión sobre el terreno seguirá siendo responsabilidad de las autoridades de cada país. Pero se refuerzan los tres foros en los que hasta ahora intentaban coordinarse los reguladores y supervisores nacionales de, respectivamente, banca, seguros y mercados. Si hasta la fecha eran meros organismos consultivos, ahora adquieren competencias para armonizar las reglas y los procedimientos. E, incluso, para mediar en caso de conflicto entre las diferentes autoridades nacionales encargadas de supervisar en sus respectivos países grupos financieros multinacionales. Los 27 Gobiernos de la UE habían alcanzado un primer acuerdo el pasado mes de diciembre que impedía que estos organismos pudieran adoptar decisiones que afectaran directamente a una entidad concreta, o que pudieran impactar sobre los presupuestos públicos de un Estado. Situaciones de emergencia Pero la presión ejercida por el Parlamento Europeo ha abierto esta posibilidad en casos excepcionales. Además, en situaciones de emergencia, el euro organismo que reúne a los supervisores nacionales de los mercados de valores -la CNMV española y sus homólogos continentales- podría prohibir temporalmente productos tóxicos o actuaciones dañinas como puedan ser, por ejemplo, las ventas a descubierto. Otra cosa es que, llegada la coyuntura, los europeos se pongan de acuerdo sobre si una situación es de emergencia. Por otra parte, el acuerdo abre la puerta a generalizar los fondos de garantía y otros mecanismos de resolución de quiebras bancarias. La nueva arquitectura también incluye un nuevo organismo, pilotado por los banqueros centrales, para detectar riesgos sistémicos y hacer sonar la señal de alarma si se aproxima una nueva crisis financiera tan virulenta como la actual. El principio de acuerdo alcanzado ayer por los negociadores debe aún ser plasmado en textos formales. Y luego será sometido a la confirmación de los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete, y al pleno del Parlamento Europeo.