Joachim Hunold tiene fama de ser una persona dura. El actual consejero delegado de Air Berlin fue uno de los responsable de la refundación de la empresa en 1991, actualmente la segunda compañía aérea alemana. Desde entonces, sus números han mejorado constantemente. Hunold llegó 20 minutos tarde a la charla con un grupo de periodistas. "He volado con Lufthansa", dijo para excusarse. P Ya han pasado cuatro meses. Con distancia, ¿cómo cree que reaccionaron los políticos ante la crisis provocada por el volcán islandés? R Si las autoridades europeas hubiesen aplicado otro sistema de análisis cuando comenzó la erupción, nunca habrían prohibido el tráfico aéreo. Espero que hayan aprendido la lección y se den cuenta de que el actual modelo matemático que utilizan para valorar el peligro que supone una erupción no se corresponde con la realidad. P ¿Está Europa ahora mejor preparada para una nueva erupción? R No lo sé. Sólo espero que los políticos cumplan con su obligación. Tras dos días de crisis aérea, cuando podíamos mirar hasta la estratosfera y no se veía ni una nube, la autoridades no nos escucharon ni tuvieron en cuenta los resultados de nuestros vuelos de reconocimiento. P España recibe a 11 millones de turistas alemanes al año, ¿cómo podrá mantenerse a la cabeza de los principales destinos? R España tiene unos costes muy elevados. Durante años fue la principal potencia turística a nivel mundial. Sin embargo, otros países como Turquía, Egipto o los situados en la costa adriática se han desarrollado considerablemente en los últimos años. Si la competencia crece, entonces debes adaptarte a la nueva situación. El Gobierno español debería iniciar un proceso de reflexión encaminado a cómo ofrecer más calidad por menos dinero. P ¿Y qué papel puede jugar su empresa en ese proceso? R Para Air Berlin, España sigue siendo con distancia nuestro principal destino en el extranjero. Somos la compañía aérea que más pasajeros lleva hasta las islas Baleares. Ofrecemos una infraestructura aérea fundamental, y seguimos intentando establecer nuevas líneas desde otros puntos, tanto a Mallorca como a la península. Hemos aumentado, por ejemplo, la frecuencia de vuelo entre las Baleares y el resto de España, a pesar de la crisis. P ¿Qué opina del impuesto ecológico que el Gobierno alemán quiere introducir en el sector aéreo a partir de 2011? R Es un ataque a la competitividad de las compañías aéreas alemanas, porque tiene un carácter nacional y no europeo ni mundial, además de una sorpresa. Nunca me hubiese podido imaginar que un Gobierno como el de Merkel, conservador-liberal, fuese a tomar esa decisión.