Tras siete años de batalla legal, el Supremo ha dado la razón a la OCU en el conflicto con la empresa madrid. La adulteración de aceite de oliva con semillas, algo completamente prohibido por la legislación europea. Ese ha sido el problema que ha enfrentado en los siete últimos años a la compañía sevillana Aceites del Sur, propietaria de marcas como La Española, Coosur o Guillén, con la OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios.Todo comenzó en el año 2000. Tras realizar unos exhaustivos análisis sobre distintias marcas de aceite, la OCU publicó en su revista Compra Maestra que había comprobado "la existencia de adulteración por adición de semillas en el aceite La Española de 0,4". La organización añadía que "los análisis no nos permiten identificar el tipo de aceite que se añadió, ni en qué cantidad", y resaltaba que "en cualquier caso, la legislación europea prohíbe la mezcla de aceite de distinta naturaleza".Aceites del Sur, controlada por la familia Guillén, reaccionó de forma inmediata. Acusó a la OCU de calumniarla y emprendió una batalla legal, que ha durado hasta hoy, para exigir, además de una rectificación, el pago de una indemnización de 1,2 millones de euros. Pero uno tras otro, la empresa aceitera se ha ido dando de bruces ante todos los tribunales: primero ante el juzgado de primera instancia, luego en la Audiencia Provincial de Madrid y, finalmente, ahora en el Tribunal Supremo. La primera sentencia se dictó en septiembre de 2001 y el juez acreditó ya "el esfuerzo que la OCU realiza a través de sus análisis comparativos para ofrecer a los consumidores una información rigurosa y veraz".Sin argumentosFue entonces cuando la compañía recurrió a la Audiencia Provincial, que volvió a desmontar todos sus argumentos, poniendo especial énfasis en "la protección del derecho de información frente al del honor o la intimidad cuando la información es veraz y se refiere a asuntos públicos de interés general por las materias sobre las que versa". Al igual que hizo ante el juez de primera instancia, la Audiencia reconocía también la rigurosidad de los análisis técnicos que realiza la Organización de Consumidores y Usuarios. El último en pronunciarse ha sido el Tribunal Supremo, que ha desestimado también el recurso presentado por Aceites del Sur. "Para nosotros es muy importante que se reconozca la veracidad de nuestros análisis. Como organización de consumidores, estamos obligados a realizar una labor comparativa y las sentencias dictadas suponen un espaldarazo y un reconocimiento claro a nuestro trabajo". ¿Y qué dice Aceites del Sur? Después de siete años de enfrentamiento legal, un alto directivo de la compañía ha asegurado ahora a elEconomista que "se trata de un asunto menor, que tampoco tiene demasiada importancia". El conflicto con la OCU no ha sido, sin embargo, el único que ha sufrido en los últimos años Aceites del Sur. El grupo SOS, el dueño de Carbonell, ha denunciado también a La Española por copiar la imagen de la gitana que aparece en su botella ante un Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea. SOS asegura que hay hasta 16 coincidencias en la etiqueta, con lo que existe el riesgo de que el consumidor se pueda confundir.