China y los países del Golfo ganan terreno en los contratos mientras Europa se queda atrásargel. La nueva política empresarial argelina es un gigantesco programa de construcción y de modernización, cuyo objetivo final es interrumpir su dependencia de los hidrocarburos. Queda por ver si los europeos llegarán a tiempo para aprovecharse.Las tres cuartas partes de los intercambios comerciales argelinos se realizan con Europa, pero la cuota de inversiones europeas está bajando res- pecto a la de las monarquías del Golfo y a las de China. En 2006, las inversiones chinas en Argelia aumentaron un 170 por ciento, una cifra que supera a Alemania y ha provocado dolores de cabeza a los grandes grupos europeos implicados en la construcción de las grandes infraestructuras.Con el consorcio Citic-CRCC, China venció en la más importante licitación de 2006, de casi 7.000 millones de dólares, para la construcción de dos secciones de la autopista Este-Oeste, la mayor infraestructura jamás realizada en Argelia.Lo que ocurre es que, en ocasiones, las adjudicaciones que se deciden en Argelia parecen una lotería. "No llegamos a entender los motivos por los que hemos sido excluidos de los grandes tramos de autopista, a pesar de lo competitiva que era nuestra oferta. Quizás un día vengan a buscarnos por no haberse quedado satisfechos del trabajo de los chinos", dice el representante en Argel de un grupo europeo de la construcción."¿Chinos en Argelia? A veces ganan los chinos y, a veces, los europeos. Lo cierto es que cada proyecto es un caso en sí mismo y las empresas europeas tienen que esforzarse para ser cada vez más competitivas en Argelia", replica el ministro de Transportes, Mohamed Meghlaoui.El abanico de obras que Argelia pretende poner en marcha es tan amplio que debería haber oportunidades para todos. También para los que quieran participar en las privatizaciones.De hecho, de los países de la orilla sur del Mediterráneo, Argelia es el que mayor número de empresas está privatizando en la actualidad. Y la mayoría son compañías de un tamaño medio. "En la lista hay 1.060 empresas: 650 medianas, 145 grandes y 265 pequeñas", apunta el jefe de la división de las grandes empresas del Ministerio de Industria.El proceso de privatización, cuya duración media oscila entre los 12 y los 18 meses, está gestionado por la SGP (Sociedad de Gestión Patrimonial), excepto las del sector energético y de las telecomunicaciones, gestionadas directamente por el Ministerio. En lo que respecta a los puertos, el Estado ha decidido mantener la propiedad de sus infraestructuras, pero está buscando socios para su gestión.Éxito empresarialLa primera privatización a favor de una empresa italiana obtuvo luz verde en diciembre de 2006, y su protagonista fue la empresa Eter. "Argelia -cuenta el presidente de la compañía, Graciano Giacobazzi- es un país con un fuerte crecimiento, que quiere privatizarse. Nosotros estamos en Guelma, cerca de la frontera con Túnez. Recibimos el decreto procedente del Ministerio 13 meses después de la puesta en marcha del proceso de privatización, en el que se aceptaba la oferta de 1.200.000 euros por la adquisición del cien por cien de la fábrica de cerámica local".La de Guelma era una fábrica con tecnología china que en otros tiempos había llegado a tener hasta 1.000 empleados y que ahora, a causa de la competencia asiática, sólo cuenta con 260. Tras adjudicarse la privatización, Eter se comprometió a mantener los puestos de trabajo y a mejorar la calidad de la producción, que será comercializada en Argelia y en el extranjero.El que llega a Argelia ve obras por todas partes. En los últimos cinco años han vuelto 23.000 argelinos que estaban viviendo en el extranjero, y los jóvenes comienzan a sentirse atraídos por el sector privado, más que por el empleo público.Sin embargo, hay áreas empresariales que todavía deben crecer más. "El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, ha puesto en marcha una enorme apertura, pero el sistema administrativo no le sigue. Parece que sigue habiendo miedo a la opinión del otro y a asumir responsabilidades", indica el director de la filial argelina de Dodini Spa, Denis Quenel.