madrid. Sordina es lo que puso ayer el Ministerio de Sanidad a las expectativas creadas entre los más de 2,5 millones de diabéticos que hay en España por el lanzamiento de la nueva insulina inhalada de Pfizer, que permitirá decir adiós al temido pinchazo de insulina.Por si no había quedado claro durante la presentación que Pfizer hizo de Exubera este pasado martes, no habrá barra libre en el acceso a este medicamento. Estará sujeto a un visado para controlar que el tratamiento se ajusta a las indicaciones aprobadas por Sanidad y sólo podrá obtenerse en farmacia con receta y bajo la calificación de diagnóstico hospitalario. El Departamento que dirige Elena Salgado impone además otro tipo de condiciones que podrían calificarse de arbitrarias. Así el especialista médico deberá asegurarse antes de prescribir el tratamiento de que el paciente lleva "un estilo de vida ordenado", que posee "una clara conciencia de su enfermedad" o que siente una "fobia insalvable" al pinchazo. DudasSanidad también arroja dudas sobre la seguridad del medicamento al obligar al médico a informar "de forma clara y exhaustiva de los riesgos potenciales de su consumo.