Las centrales de gas de León y del Puerto de Gijón no se construirán y la red inteligente de Castellón se paralizamadrid. La política energética del Gobierno no va a pasar desapercibida. Las consecuencias de congelar la tarifa eléctrica y el retraso en la colocación del déficit tienen unos claros perjudicados: Endesa e Iberdrola, que se han visto obligadas a congelar varios proyectos de inversión en España por la inseguridad regulatoria actual. Las correspondientes cúpulas directivas de estos grandes grupos han dado la orden a todas sus filiales de esperar a que se resuelva la reforma del sector eléctrico que se negocia entre el Ministerio de Industria y el Partido Popular en el marco del Pacto para la Energía. Este acuerdo no ha tenido un buen comienzo para las eléctricas, en tanto que se fraguó gracias a la congelación del recibo de la luz en la revisión de julio, cuando según los costes del mercado debería haber aumentado entre un 4 y un 7 por ciento. Así, Endesa e Iberdrola darán marcha atrás en algunos proyectos previstos en sus actuales planes de inversión. La eléctrica que preside Borja Prado suspenderá una inversión de 200 millones en los ciclos combinados de León y en el del Puerto de Gijón. Asimismo, la eléctrica ha frenado también las obras en una central de bombeo. Por su parte, Iberdrola no acometerá de momento las inversiones comprometidas en las redes inteligentes de Castellón. Se trata de un total de 22 millones que habían sido previstos para el desarrollo de la distribución y la instalación de modernos contadores. Por contra, la eléctrica sí que llevará a cabo este proyecto en Glasgow y Nueva York, al entender que en estas ciudades las regulaciones sí que ofrecen una seguridad jurídica y una retribución adecuada. Pero la parálisis en inversiones no sólo se limitan a proyectos incluidos en sus respectivos planes estratégicos, sino también afectará a oportunidades de negocio que ya habían sido identificadas y que se podrían hacer a futuro con revisiones de sus estrategias, según indicaron ambas empresas. Desvío a otros mercados De esta manera, las inversiones de estos grupos estarán dirigidas en su totalidad a otros mercados. De un lado, Endesa tiene una gran apuesta por el mercado latinoamericano y por el Norte de Europa. Por su parte, Iberdrola se ha mostrado muy interesada en crecer en Estados Unidos y el Reino Unido. Y es que estas eléctricas entienden que ahora el Gobierno, lejos de apoyar a las grandes compañías del país, que suponen la imagen empresarial de España en el exterior, se les perjudica "gravemente con decisiones intervencionistas". Cabe recordar que la medida de no aplicar ninguna subida en el recibo de la luz en la revisión de julio supone que estas compañías dejarán de ingresar alrededor de 1.000 millones de euros, tal y como adelantó elEconomista. Concretamente, Iberdrola dejará de percibir 442 millones, mientras que Endesa y Unión Fenosa no ingresarán 350 millones y 138 millones, respectivamente. Unas cantidades nada desdeñables, que irán a incrementar el déficit de tarifa, un desfase que habrá que pagar a las eléctricas por no subir la luz en línea con los costes, que supera ya los 20.000 millones de euros y que los consumidores tendremos que pagar en los próximos 15 años. Así, la denominada hipoteca eléctrica se ha convertido en el gran lastre para las compañías del sector, algo que ya se refleja en su calificación crediticia. La congelación del recibo de la luz se saldó en bolsa con fuertes caídas que arrastraron al resto del Ibex durante dos jornadas consecutivas. En el caso Iberdrola, sus títulos retrocedieron hasta un 4,15 por ciento, con 5,10 euros, mientras que las acciones de Endesa bajaron 3,41 por ciento, hasta los 18,26 euros por acción. Pero además Iberdrola sufrió otro varapalo después de que la agencia de calificación crediticia Moody's rebajase de estable a negativa la perspectiva sobre el rating tras el acuerdo entre el Gobierno y el Partido Popular, con lo que para la eléctrica podría ser ahora más caro conseguir financiación para afrontar sus planes. El déficit de tarifa y su retraso en la colocación de esta deuda en los mercados financieros también ha sido un aspecto que ha enfrentado a estas compañías con Industria. En este sentido, el presidente de Endesa, Borja Prado, explicó que la compañía tiene pendiente de cobrar 7.423 millones y que cada mes que se retrasa la titulización del déficit la cuenta se incrementa en 155 millones. A pesar de la paralización de algunos proyectos de Endesa, hay que tener en cuenta que la compañía mantiene la obligación de la CNE tras la compra por Enel de cumplir con los negocios regulados de gas y de distribución. Por otro lado, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, aseguró ayer que un debate sobre la apertura de nuevas centrales nucleares no parece "objetivamente adecuado" en la coyuntura actual. Rechazó nuevas nucleares y defendió el uso del carbón que se analizará en Bruselas el 20 de julio.