milan. Casi tres años después del "gran acuerdo" sobre la distribución de la herencia de Giovanni Agnelli, la saga de la familia turinesa se reinicia. Margherita Agnelli Phalen, hija de Giovanni y madre de John Phillip Elkann (llamado Yaki), sucesor designado por Giovanni y vicepresidente de la Fiat, ha llevado a los tribunales a Franzo Grande Stevens, Gianluigi Gabetti y Siegfrid Maron, en calidad de administradores y gestores del patrimonio personal de Giovanni Agnelli, fallecido en 2003.La motivación de la querella legal, tramitada por el bufete Abbatescianni y anticipada por The Wall Street Journal se basa en "la imposibilidad de determinar la cuantía total del patrimonio personal de Giovanni Agnelli y la forma en la que fue administrado".No hay reivindicación, pues, sobre las cuotas de Dicembre, la caja fuerte que controla el holding Giovanni Agnelli & C Sapaz (y por lo tanto la fabricante de automóviles Fiat) que, según el acuerdo firmado en 2004, es propiedad de los tres hermanos Elkann, Lapo y Ginebra, así como de Marella Caracciolo, viuda de Giovanni Agnelli. Según los abogados contactados por Il Sole-24Ore, Margherita sólo pide un claro "inventario", nunca realizado por los administradores de Giovanni Agnelli, del mapa de los bienes incluidos en la herencia. El control de la Fiat queda, pues, fuera de la querella.La herenciaHay que dar un paso atrás para reconstruir la larga saga de la dinastía turinesa y del que pasará a la historia como el más importante reparto hereditario. La ruptura entre Margherita y su madre, Marella Caracciolo, que afectó incluso a su primogénito John Elkann (que ayer se mostró "muy dolido como hijo", refiriéndose a la demanda judicial), parecía haberse recompuesto tras el matrimonio del joven con Lavinia Borromeo, en 2004.Inmediatamente después de la muerte de Giovanni Agnelli, Margherita, por medio de sus abogados, ya se había opuesto a la decisión de su padre de privilegiar a John Elkann, hasta el punto de amenazar con impugnar el testamento.Giovanni Agnelli, en los últimos años de su vida, había comenzado, de hecho, a distribuir la parte más importante de su patrimonio, es decir, la participación en Fiat, que donó a su nieto predilecto John Phillip Elkann por medio de un procedimiento inter vivos.Sin embargo, según la familia, designar a Elkann como heredero perjudicaba los derechos de los demás nietos, no sólo de Lapo y Ginebra, sino también de los otros cinco hijos que Margherita -divorciada de Alain Elkann- tuvo de su segundo matrimonio con Serge de Pahlen, al que Giovanni Agnelli siempre marginó: Maria (1983), Pietro (1986), Anna y Sofia (1988) y Tatiana (1990). La confrontación duró un año, pero después la familia llegó a un gran acuerdo.Según el reparto acordado por la familia de Giovanni Agnelli, el paquete de control custodiado por la Dicembre fue para los tres hermanos Elkann y para la viuda Marella. Todo lo demás, desde las propiedades inmobiliarias (con la histórica villa Frescot o el palacio de Roma en la plaza del XXIV de mayo) a las obras de arte y demás participaciones, a Margherita.Un "acuerdo de últimas voluntades" y, además, irrevocable, es decir que preveía la aceptación sin posibilidad de ulteriores reivindicaciones por parte de los herederos y, por lo tanto, la aceptación de hecho de los capitales y de las propiedades conferidas por dicho acuerdo.El mapa de los bienesEl día de la boda de Elkann, la reencontrada paz de casa Agnelli fue anunciada precisamente por Margherita que, entonces, aseguró que la familia "estaba unida por relaciones de afecto inmutables" y confirmó que sobre la herencia se habían alcanzado "soluciones equitativas", encontradas por los abogados "salvaguardando los intereses de la familia y de todos los hijos, al tiempo que respetan la voluntad de mi padre".En realidad, como sostienen los abogados cercanos a la hija de Giovanni Agnelli, incluso después de aquel acuerdo Margherita había pedido en diferentes ocasiones a los administradores de su padre un inventario completo y puntual de todos los bienes del patrimonio.Los abogados insisten en que el acuerdo de 2004 se alcanzó basándose en las afirmaciones verbales de los administradores. Y por eso, el contrato firmado por Margherita, los hermanos Elkann y Marella Caracciolo puede ahora reabrirse y volver a discutirse. "El artículo 762 del código civil prevé que, si aparecen otros bienes, el precedente reparto es nulo y hay que proceder a una ulterior división de los bienes", explica Girolamo Abbatescianni, el abogado de Margherita, subrayando que "esta querella hay que interpretarla como un deseo de transparencia y, con ella, no se reivindica derecho alguno sobre las cuotas de la Dicembre ni, por lo tanto, de la Giovanni Agnelli & C Sapaz".Precisamente ayer los socios del holding confirmaron su "plena confianza en la cúpula del grupo y su máximo apoyo a la gestión", mientras el presidente de Fiat, Luca Cordero di Montezemolo, por su parte, comentó: "Es algo que me disgusta mucho por la familia, pero que no afecta ni directa ni indirectamente a la Fiat y no tiene consecuencia alguna sobre la empresa".Que el ascenso de John Elkann, de 31 años, suscitase envidias en la descendencia de los Agnelli era previsible. Pero nadie hubiese pensado que su madre Margherita fuera quien cuestionase el status quo de la familia.