El tirón del presidente augura un buen resultado para la UMP en las elecciones legislativas de juniomilán. El efecto Sarkozy ("ruptura y apertura", tal y como había prometido en la campaña electoral) comienza ya a dar sus primeros frutos de cara a las próximas elecciones legislativas.De los 15 nuevos miembros del Gobierno, dirigido por el primer ministro, François Fillon, sólo dos proceden de las filas de ENA, la escuela de élite que ha proporcionado la mayoría de los ministros anteriores. Además, cuenta con siete mujeres y un responsable de exteriores, Bernard Kouchner, procedente de las filas socialistas y conocido por su intervencionismo humanitario y por pedir el derrocamiento de Sadam Hussein (es un neocon a la francesa que seguramente no disgustará a los círculos de Washington).Sarkozy salió como un cohete, y con esta fulgurante salida ha dejado en penumbra el escándalo de sus vacaciones en el yate del financiero bretón Vincent Bolloré. Los franceses se fijan más en los hechos, y los hechos hablan de su vuelo a Toulouse para visitar la sede del gigante enfermo de los cielos (Airbus), de la posibilidad de volver al usted por parte de los alumnos cuando se dirigen a un profesor en la escuela, o del relanzamiento de Europa. Y, por primera vez desde hace años, los franceses tienen la impresión de que algo se mueve en el Elíseo.El nuevo jefe de Gobierno tampoco se queda atrás (hace jogging con Sar- kozy en el Bois de Boulogne para ofrecer una imagen de dinamismo concertado), y promete aprobar en un tiempo récord una ley que permita a los franceses trabajar más de las 35 horas semanales, liberando de tasas e impuestos las horas extraordinarias que superen la cuota de las 35.Es el final de un tabú de la izquierda francesa, según el cual, trabajando menos se habría resuelto el problema de la tasa de paro francesa (la más alta de Europa). No ha sido así, y Sarkozy y Fillon quieren pasar página.Ya sea por estas primeras decisiones, por una imagen de cambio sabiamente gestionada por los spin doctors o asesores de imagen del presidente, o por la llamada luna de miel con los electores, el caso es que mientras todo eso ocurre, la UMP (Unión por un Movimiento Popular), el partido del Sarkozy, vuela en los primeros sondeos Tns-Sofres-Unilog, elaborados para el diario Le Figaro.De acuerdo con esas previsiones, los neogaullistas obtendrían una amplia mayoría en las elecciones legislativas del 10 al 17 de junio con un 40 por ciento de los votos, frente al 28 por ciento del Partido Socialista y al 15 por ciento del Movimiento Democrático (MD) del centrista François Bayrou. Sería una victoria arrolladora que le permitiría a la UMP contar con 365 de los 415 escaños de la Asamblea Nacional, lo que dejaría entre 137 y 153 a los socialistas y entre 2 y 10 al MD.El frente socialista, rotoEl 61 por ciento de los entrevistados se muestra bastante satisfecho con la composición del nuevo gabinete de Fillon, y el 78 por ciento aprueba la presencia en el Ejecutivo de personalidades cercanas a la izquierda, una decisión que ha dejado tocado al centrista Bayrou, aislándolo, y que ha roto el frente socialista.Ahora es el turno de sus adversarios, que deben responder con la misma velocidad y claridad estratégica. La semana pasada, la candidata socialista derrotada por Sarkozy, Ségolène Royal, anunció que volverá a su puesto de presidenta de la región de Poitou-Charentes, una decisión que significa que no se presentará como candidata a las legislativas, porque siempre se ha mostrado contraria a ocupar cargos públicos dobles. La era Chirac es ya sólo un recuerdo.Pese a todo, Royal es "la personalidad socialista que mejor representa los valores de la izquierda", en opinión del 41 por ciento de los simpatizantes de izquierdas, según un sondeo publicado en el periódico Libération. El último barómetro popular de este rotativo, realizado por el instituto de estudios de opinión LH2, señaló que Royal sigue contando con una posición preeminente entre las personalidades políticas de izquierda. Su derrota en las elecciones se debe, según el 66 por ciento de los interrogados, a "que el Partido Socialista no había apoyado suficientemente" su candidata. Y aun así, Royal no participará en el mitin de apertura de la campaña por las elecciones legislativas.