MADRID. El gigante siderúrgico Arcelor-Mittal lanzó ayer un aviso para navegantes. Si la nueva tarifa eléctrica dispara los costes de la industria siderúrgica, tendrían que buscar alternativas que podrían perjudicar a sus actividades en España. Así lo advertía ayer Gonzalo Urquijo, director de productos largos (para la construcción) del grupo, que lanzaba una soslayada amenaza a quién la quiera escuchar: "la nueva tarifa eléctrica no puede ser motivo para que haya deslocalización o para que se deje de invertir", señalaba. La patronal siderúrgica española, Unesid, de la que Urquijo también es presidente, está muy preocupada por esta cuestión. Fuentes de Unesid aseguraron a este periódico que "en la actualidad la tarifa eléctrica supone el 15% del coste de una empresa siderúrgica. Sólo en los dos últimos años esta tasa ha subido un 25%". Las empresas siderúrgicas están angustiadas ante la inminente supresión de la tarifa eléctricas para empresas, conocida técnicamente como G4 y que es bastante más barata que la tarifa normal. La industria siderúrgica tendrá que negociar directamente con las empresas eléctricas. Y ahí está el problema porque los grandes grupos energéticos no están dispuestos a conceder los descuentos que antes tenían los fabricantes de acero.