Las cuentas del grupo sufrirán el impacto negativo de BAA e Indiana Toll Roadmadrid. Muchas veces, las cosas no son lo que parece. Y eso le va a ocurrir a Ferrovial este año. "Estamos creciendo a largo plazo, creando muchísimo valor y, sin embargo, vamos a tener un impacto negativo en nuestras cuentas", reconoció ayer Nicolás Villén, director Financiero del grupo.Las joyas de la corona de Ferrovial serán, precisamente, quienes dañen las cuentas. El operador aeroportuario BAA, dueño de Heathrow, tendrá un impacto negativo de 200 millones de euros; mientras que la autopista estadounidense Indiana Toll Road lastrará las cuentas en torno a unos 30 o 40 millones de euros.No obstante, estas dos sociedades figuran entre las grandes apuestas de Ferrovial, cuya estrategia va dirigida hacia las infraestructuras y los servicios. Además, la compañía presidida por Rafael del Pino juega a gestionar resultados brutos operativos, no beneficios netos, cuyos frutos son a más largo plazo.Este primer trimestre, por ejemplo, ha recogido la siembra que hizo cinco años atrás en el aeropuerto de Sidney. Su venta a Macquarie le ha reportado unas plusvalías de 449,9 millones de euros, que han permitido multiplicar por cuatro el beneficio de este trimestre. Además, durante estos cinco años, ha obtenido 125 millones por dividendos de esta participación.