Fija un tope máximo de 20 convoyes para poder ampliar el corredor ferroviariomadrid. Renfe deja abiertas las puertas a que el megacontrato de trenes de alta velocidad a Francia se duplique. Aunque en un primer momento el operador público fijó en una decena los convoyes que iba a pedir a los fabricantes ferroviarios, en el pliego de condiciones del concurso les pide que hagan una oferta desde 8 hasta 20 unidades. De esta manera, el importe del concurso podría multiplicarse por dos y alcanzar los 540 millones. Según el documento que han recibido los candidatos, el motivo por el cual la empresa presidida por Teófilo Serrano duplica el megacontrato es que la operadora pública y su homóloga francesa, la SNCF, no sólo van a explotar la línea Madrid-París. También van a comercializar algunas variantes de gran interés comercial. De esta manera, al recorrido lógico entre Madrid, Barcelona, Montpellier, Lyon y París se sumarían tres variantes en suelo francés. La primera de ellas se prolongaría más allá de la capital francesa hasta llegar a Lille. La segunda, se desviaría en Montpellier para alcanzar Marsella. Y la tercera, se modificaría en Perpipgnan para poder conectar con Toulouse. A ellas se sumaría otra ruta internacional que desde Lyon conectaría con la localidad suiza de Ginebra. Si se confirma esta agresiva estrategia comercial, es de esperar que el operador público necesite un mayor número de trenes de los diez previstos en un primer momento. Ante esta posible demanda, Renfe pide oferta por 20 trenes para cubrirse las espaldas. Aunque la compañía quiere poner en marcha el concurso con la mayor rapidez posible, al final ha decidido mantener los plazos iniciales para dar tiempo a los participantes a realizar ofertas sólidas y compactas. Así, la primera fecha que se manejaba, el 14 de abril, ha sido desechada y el objetivo de la compañía es tener las ofertas en su mesa para el próximo lunes 17 de mayo. Después tendrá aproximadamente dos meses para dar un veredicto final. El nombre del ganador del concurso no debería demorarse más allá del 31 de julio. Como condición inicial puesta a los participantes, Renfe obligará al ganador (o ganadores) a tener listos cuatro trenes en servicio comercial para noviembre de 2012, por lo que apenas tendrán algo más de dos años para poder fabricarlos. No obstante, esta nueva fecha da un poco de aire a los candidatos, ya que los primeros márgenes que se manejaban eran de 45 meses después de conocer el ganador. El 'supertren' Los seis candidatos que participan en la puja a priori tendrán que presentar un auténtico supertren. Deberá alcanzar una velocidad máxima superior a los 300 kilómetros por hora en los tramos de alta velocidad y de 220 kilómetros por hora en la red convencional. Además, deberá ser un tren bitensión para poder circular a 25.000 voltios en las vías de alta velocidad y a 1.500 voltios en las normales. Algo parecido ocurre con la señalización ferroviaria. Renfe exige tres sistemas al concursante obligatorios y uno opcional (ver gráfico). La culpa de este galimatías la tiene un pequeño tramo francés, entre Le Perthus y Montpellier, que todavía no se ha adaptado a la alta velocidad y que no se espera que su infraestructura esté lista para 2012, año en que se liberalizá el transporte de pasajeros internacional en el negocio ferroviario.