Los problemas burocráticos y judiciales retrasan un proyecto de 20 millonesvalladolid. Con la nueva casa terminada pero sin poder estrenarla. Así se encuentra la empresa vallisoletana, AyB Hislabor Decor, dedicada al comercio al por mayor de camisería, lencería, mercería y géneros de punto. La compañía comenzó a construir en 2008 unas nuevas instalaciones industriales en la localidad vallisoletana de Tordesillas, con una extensión de 35.000 metros construidos en una parcela de 320.000 metros cuadrados, que iba a ser inaugurada a finales del pasado año. Sin embargo, los problemas administrativos y judiciales han hecho posponer la apertura de la planta, ya terminada, hasta finales de este ejercicio. Con su proyecto, Hislabor quería unificar sus cuatro centros de trabajo en uno solo y apostar por una nueva política en la que primase la fabricación de productos para el sector textil. Hasta ahora, la actividad de la compañía se centraba en la importación de estos artículos, que bien comercializaba directamente o sometía a procesos de manufactura. "Estamos haciendo lo contrario que otros empresarios del sector textil", explica el gerente Eduardo Carretero a elEconomista. "Ahora hay mucha gente que deja de fabricar aquí y se va fuera a comprar, pero nosotros queremos incrementar nuestra producción propia porque ya conocemos perfectamente lo que se hace en Asia y podemos competir con ellos". Sin embargo, con la construcción de su nueva planta comenzó un largo y tortuoso camino que no sólo va a incrementar los costes del proyecto, con una inversión de 20 millones de euros, sino alargar los plazos de puesta en marcha. El principal problema se generó con la oposición de los promotores de una urbanización cercana a las instalaciones a que se implantase también en el lugar una gasolinera y un hotel, lo recurrieron a los tribunales y han ganado en primera instancia. Los demandantes argumentaron que la recalificación de los terrenos de naturaleza rústica a uso industrial no estaba justificada y que perjudicaba gravemente sus intereses ya que dificultaba la venta de parcelas de su urbanización, una de las más conocidas de Valladolid. Como consecuencia del fallo judicial, Hislabor ha tenido que acometer en solitario la construcción de una pasarela sobre la autovía de Castilla, con un importe de 700.000 euros, y que estaba previsto que se costease a medias con el empresario al que han paralizado sus planes. Junto a esto, han sido muchos los problemas, algunos aún pendientes de solucionar, para materializar las acometidas de luz o gas. Por si fuera poco, el retraso se ha hecho extensible también a la tramitación de las ayudas pública a las que optaba el proyecto. El aplazamiento de la apertura ha impedido instalar las máquinas que se habían encargado, con un importante componente tecnológico, y tener que buscar sitio para almacenarlas. Pese a la larga odisea, Carretero es optimista. "Tenemos mucha ilusión por este proyecto. Somos de Valladolid y queremos estar aquí, aunque algunos nos preguntan extrañados cómo no nos instalamos junto a las fábricas textiles que proveemos".