Cinco claves para que inversores, directivos y accionistas sepan a qué atenerse en los próximos mesesmadrid. El pasado 26 de febrero se convirtió en una de las fechas más importantes en la historia reciente de Iberia. El consejo de administración de la compañía otorgaba a su presidente, Fernando Conte, la autorización para facilitar información a potenciales inversores: la aerolínea reconocía por primera vez que existía un interés serio de compra. Cuando ni siquiera había transcurrido un mes, Iberia le ponía nombre y apellidos al primer interesado: El fondo de capital riesgo Texas Pacific Group había pedido información y estudiaba lanzar una oferta de compra a 3,6 euros por acción. El fondo norteamericano dueño de la aerolínea australiana Qantas daba el pistoletazo de salida a la venta de Iberia. Ahora todo puede ocurrir. El mercado prevé nuevas ofertas y se espera que sean más altas. ¿Qué deben hacer en este escenario de incertidumbre los inversores, directivos y accionistas? He aquí unas cuantas pistas para no estrellarse en la venta de Iberia. Los directivos no tienen asegurado su futuro 1El primer aviso para caminantes va para los directivos. La suerte de los primeros espadas de Iberia dependerá de quién sea su futuro comprador. Aunque las promesas se las lleva el viento, si Texas Pacific Group acaba controlando la aerolínea española ya ha prometido que respetara la estrategia marcada por la compañía en su plan director y que mantendrá al equipo directivo. De hecho, es lo que suele hacer cuando compra una compañía: "confiar la gestión a los que saben", aseguran. El fondo de capital riesgo norteamericano lleva siguiendo los pasos de Iberia desde hace seis meses y conoce muchos detalles de la gestión y del día a día. Pero lo que no está tan claro es si los sillones ejecutivos estarán asegurados si el ganador es otro: por ejemplo, Lufthansa. Aunque cuando la compañía germana adquirió Swiss también respetó a la cúpula. ¿Qué precio estarán dispuestos a pagar? 2A priori, la oferta de 3,6 euros por acción que baraja Texas se antoja escasa, si se tiene en cuenta que Iberia ya cotiza a 4,05 euros, pero es bastante generosa si se compara con la cotización histórica. El banco de inversión Merryll Lynch valora Iberia a 4,3 euros pero fuentes cercanas a Texas aseguran que el fondo de capital riesgo suele ajustar sus ofertas de compra desde el principio y es poco probable que suba la puja. Podría ser parte de una estrategia empezar con 3,6 euros y más teniendo en cuenta que se esperan posibles contra ofertas. Ya se rumorea que Lufthansa compraría acciones de Iberia a 3,9 euros. La posición de British 3Nunca ha sido tan estratégica, como en este caso, la posición de una compañía en una operación de estas características. British Airways tiene derecho de tanteo sobre el resto de los miembros del núcleo duro de Iberia y lo puede ejercer. Esta condición es una llave que puede abrir y cerrar la entrada de otros socios. ¿Se arriesgarán Lufthansa o Air France a llamar a la puerta de Iberia si saben que la aerolínea británica le puede cerrar el camino de más del 30% del capital de la compañía? Es para pensárselo. Además, British Airways necesita todavía más mantener su alianza estratégica con Iberia, ya que con la nueva legislación de cielos abiertos entre Estados Unidos y Europa, la aerolínea podría perder una gran cuota de mercado en sus rutas entre el aeropuerto londinense de Heathrow y las grandes capitales norteamericanas, donde controla el 40% del negocio. La incógnita del núcleo duro de la aerolínea 4Hasta hace poco tiempo estaba bastante claro que el núcleo duro de Iberia tenía una clara vocación de no permanecer en el accionariado de la aerolínea más tiempo del debido. Pero ya llevan ocho años en los que, hasta hace pocos meses, no habían rentabilizado su inversión. Ahora sí lo han hecho generando unas plusvalías superiores a los 500 millones de euros. La lógica dice que deberían vender su participación al mejor postor, hacer caja, y destinar el dinero conseguido a otros planes. Esta clara estrategia sobre el papel podría disiparse en la práctica. Un claro ejemplo es Caja Madrid. Aunque la entidad financiera ha reconocido públicamente que su política para los próximos años es desprenderse de las participaciones industriales, su fallido intento por entrar en Endesa le podría hacer cambiar de opinión. La transparencia debe quedar asegurada 5La transparencia durante todo el proceso de venta debe quedar asegurada y más teniendo en cuenta que uno de los interesados, British Airways, es juez y parte: accionista y posible comprador. De momento, la aerolínea británica ha decidido que sus dos representantes no acudan a los consejos de administración de la compañía en los que se trate la posible oferta de Texas Pacific Group para evitar un posible conflicto de interés. Pero ¿hará lo mismo cuando la cúpula de la empresa se reúna para tratar otras ofertas como una posible compra de Lufthansa? Habrá que estar muy atentos.