Su presidente, Carl-Peter Forster, no descarta realizar futuros recortesDudenhofen (Alemania). Como las dos caras de una moneda, dentro del difícil momento que atraviesa la industria automovilística en Europa, la división de General Motors en este Viejo Continente tiene dos noticias, una buena y una mala. La buena es que la compañía descarta, salvo casos de fuerza mayor, cerrar fábricas en los próximos años. La mala es que no descarta, en absoluto, nuevos recortes de plantilla. El presidente de General Motors Europe (GME), Carl-Peter Forster, afirmó que su compañía está negociando con los trabajadores la forma de recortar costes, y espera tener un acuerdo cerrado para antes de que termine el año. Al preguntar las medidas que se están planteando y si se incluye el recorte de plantilla, el ejecutivo no la descarta, ya que "nuestro objetivo es seguir reduciendo costes al mismo ritmo que lo hemos venido haciendo", y no ofreció más detalles.GME ha conseguido reducir sus costes fijos en 2000 millones de dólares desde que inició su reestructuración del año 2000. ¿Consecuencias? El grupo redujo un 30 por ciento su plantilla, de 88.000 hasta las 60.000 empleados en este periodo. De éstos, 13.000 salieron de la compañía entre los años 2005 y lo que va de 2007, gracias a lo cual consiguió, por primera vez desde 1999, escribir sus resultados con tinta negra y volver a ganar dinero en su último ejercicio.¿Cuál es su estrategia a partir de este punto? GME más que ver la luz al final del túnel, la tiene al alcance de la mano. Forster es optimista. Su compañía ha superado por primera vez los dos millones de unidades vendidas, y habla de lo que habla la sociedad: sostenibilidad. Por eso se fijará ahora en coches más eficientes y, sobre todo, más económicos, que puedan ser vendidos en Europa del Este, donde la empresa espera un gran crecimiento.Así, el ejecutivo sugiere mejorar los coches de entrada de gama (los más económicos) en Europa Occidental, y aprovechar el tirón de Europa Central y del Este para introducir modelos de gama media como el Astra en versión sedán, que fabricará en Polonia a finales de este año. La marca Chevrolet será protagonista, sobre todo en Rusia, donde prevé crecer y multiplicar su producción hasta las 70.000 unidades en 2008 en San Petersburgo.