Bruselas y las autoridades de transporte de EEUU deben decidir en breve si la operación no daña la competenciaMADRID. La Comisión Europea y la Autoridad de Transporte de Estados Unidos se encuentran en la fase final para decidir si la alianza trasatlántica de Iberia, British Airways y American Airlines no daña ni la competencia europea ni las leyes antimonopolio norteamericanas. Aunque los dos procesos son totalmente independientes -cada autoridad lo analiza por su cuenta- sí que están coincidiendo en los calendarios. En el caso de Bruselas, en estos momento está procediendo a un proceso de consultas entre las aerolíneas competidoras en las rutas trasatlánticas para conocer qué repercusión tendría las concesiones que están dispuestas a realizar Iberia, British y American. El siguiente paso marcado por la Comisión será hacer públicos los compromisos de las tres aerolíneas para que la competencia pueda realizar sus alegaciones. Posteriormente, con toda la información recabada, Bruselas daría su veredicto definitivo. Por el lado norteamericano, el rotativo financiero Financial Times publicaba ayer que el Departamento de Transportes de Estados Unidos decidirá en breve si la alianza comercial de las tres aerolíneas no incumple las normas antimonopolio, ya que la intención de British Airways, Iberia y American Airlines es establecer precios y servicios comunes en varias rutas trasatlánticas. No es la primera vez que la alianza oneworld, a la que pertenecen las tres aerolíneas, solicita esta concesión. En las otras dos ocasiones, Estados Unidos no se la concedió porque consideraba que tenían que modificar un gran número de slots renunciando a muchos despegues y aterrizajes en aeropuertos norteamericanos. Las otras dos grandes alianzas comerciales de aerolíneas, Sky Team y Star Alliance, sí que han logrado esta concesión por parte de el Departamento de Transportes de Estados Unidos. En esta ocasión, oneworld es bastante más optimista. El presidente de British Airways, Willie Walsh, cree que la alianza será aprobada gracias al acuerdo de cielos abiertos firmado entre Estados Unidos y Europa. Según este pacto aprobado hace poco más de un año, cualquier aerolínea norteamericana o europea puede operar rutas entre ambas zonas geográficas. Es realmente lo que quieren hacer British, Iberia y American. El problema es que pretenden fijar precios, capacidad y horarios. Algo que mirarán con lupa tanto la UE como EEUU.