La empresa tecnológica de Barcelona instala el sistema de navegación del 'Bon Pigall' para explorar el Mediterráneobarcelona. En el mar no existen carreteras para que los barcos circulen de forma ordenada. Es obvio, pero no tan evidente. Las embarcaciones -a motor o vela- necesitan conocer sus rutas (rumbos) para poder ubicarse en la inmensidad del mar, cuando no tienen la costa a la vista para orientarse. En estos casos, la tecnología de los sistemas de posicionamiento ubican al buque y lo sitúan en una determinada carretera para llegar a su destino. Ahí es donde ha entrado en acción la empresa tecnológica Medenisa, con sede en Barcelona. Esta firma se dedica a crear sistemas de navegación marítima y su última novedad ha servido al Bon Pigall, el primer buque científico botado con capital catalán para la investigación de los fondos marinos en el Mediterráneo. Medenisa, en colaboración con la finlandesa WCM Controls, ha ideado el primer sistema de navegación para embarcaciones de media eslora (longitud desde la parte trasera del barco a la delantera), con lo que hasta ahora sólo estaba reservado para barcos de grandes esloras. La tecnología aplicada para que el Bon Pigall encuentre su ruta en su navegación permitirá a este buque realizar maniobras de acercamiento, mantener la posición real para investigar los fondos marinos, controlar el robot para realizar las extracciones y navegar en situación de mal tiempo. "El posicionamiento dinámico instalado en el Bon Pigall es mucho más compacto que los sistemas usados hasta ahora en grandes barcos mercantes. Además de ocupar menos tamaño, resulta más fácil de integrar en los controles de puente, y puede ser usado directamente por el patrón en vez de precisar un operador propio", comenta un portavoz de Medenisa. La compañía catalana no ha querido hacer pública la inversión en este proyecto tecnológico. El Bon Pigall pertenece a la fundación privada Argomaris, que se dedica a explorar los fondos mediterráneos para realizar investigar la fauna y flora marina. Medenisa fue fundada en 1996 para dar servicio electrónico para yates sin depender de una marca concreta, para así ofrecer los equipos más idóneos a cada necesidad. Desde entonces, la empresa ha ido creciendo a la par del mercado del barco de gran eslora, prácticamente inexistente hasta esa fecha en nuestro país. La empresa pudo superar la recesión vivida por el mercado en los años 2000-2001, y desde entonces mantiene un crecimiento anual de un 10 por ciento, con una facturación en 2005 que superó ligeramente los dos millones de euros. En el último año Medenisa ha hecho instalaciones a bordo de más de 80 barcos, desde los más avanzados veleros de competición al crucero oceánico de diseño tradicional, pasando por los superyates de lujo o remolcadores. Medenisa tiene su sede principal en el complejo Marina Barcelona 92, en el puerto de Barcelona. Además, este año ha inaugurado las nuevas instalaciones en Port Forum, el nuevo puerto de Barcelona (Sant Adrià) destinado a los megayates de lujo.