Los motivos son la entrada del constructor en Endesa y de Sacyr en la petroleramadrid. La mancha de aceite de Endesa se ha cobrado una nueva víctima: la alianza de Acciona y Repsol en biodiésel. Las dos compañías han confirmado el fin de este matrimonio, pero puntualizan que seguirán manteniendo estrechos lazos de colaboración. De hecho, ahora mismo están revisando, planta por planta, cómo se repartirán su ambicioso y ya caduco acuerdo en esta energía renovable.Desde el punto de vista de Repsol, la entrada de Acciona en Endesa rompe las reglas de juego, porque se ha unido a un competidor directo en el negocio de renovables y, por tanto, no pueden compartir con ellos información confidencial sobre la estrategia de la petrolera en biodiésel.Pero, desde el punto de vista de Acciona, Repsol está viendo la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Sobre todo, desde que unió su destino a Sacyr, primer accionista de la petrolera y competidor directo del grupo presidido por José Manuel Entrecanales.En cualquier caso, la situación de los socios es muy diferente a marzo de 2006, cuando anunciaron a bombo y platillo un fructífero matrimonio, dirigido a convertirlos en gigantes del biodiésel.Ayer hizo exactamente un año del apretón de manos entre Antonio Brufau, presidente de la petrolera, y José Manuel Entrecanales, su homólogo en Acciona, con el que rubricaron la construcción de hasta seis plantas en España, con capacidad para producir más de un millón de toneladas anuales de este biocombustible, y una inversión de 300 millones de euros. Ahora, tendrán que repartirse el control de estas fábricas y, a partir de ahí, sellar acuerdos de colaboración y suministro. A la petrolera le interesan las plantas que se ubiquen donde ya tiene refinerías, como ocurre en Bilbao, donde Acciona ultima los trámites para poner en marcha un centro de producción de biodiésel.Dónde irán las plantasAdemás, la constructora ha adquirido 90.000 metros cuadrados en Sabón (La Coruña) y estudia localizaciones en Tarragona, Valencia y Castellón para nuevas fábricas. Repsol, por su parte, cuenta con una planta en León, donde inicialmente preveía haber dado entrada a Acciona. Compromiso que, ahora, ha quedado en vía muerta.En principio, los dos grupos están interesados en repartirse la propiedad de estos centros. Un reparto salomónico especialmente difícil de alcanzar en Bilbao, debido al elevado interés que despierta la futura planta para ambos. En este caso, Repsol podría tener una participación minoritaria en el capital y sellar con Acciona acuerdos de suministro que contemplen unos determinados volúmenes y plazos.