La empresa de reciclado recupera los restos de las obras para sacar granulado para reutilizarse en la construcciónBarcelona. Los derribos, escombros y otros desechos de la construcción constituyen residuos que contienen fracciones valorables que hay que recuperar, y otras fracciones que han de ser objeto de deposición controlada en el suelo con el fin de que se reincorporen al ciclo de la naturaleza en condiciones óptimas. La construcción genera la mayor parte de los residuos: entre 600 y 800 kilogramos de escombros de la industria de la construcción por habitante en función de la zona de Cataluña donde se realicen obras. La empresa mixta Gestora de Runes de la Construcció (GRC) aprovecha esos escombros para reciclarlos y transformarlos en materiales para construir carreteras. Con este objetivo, la empresa ha puesto en marcha una prueba piloto para convertir escombros de la construcción en prefabricados de hormigón. Gestora de Runes nació en 1994 y está participada en un 45 por ciento por la Agencia de Residuos de Catalunya y Tersa y en un 55 por ciento por la Confederación Catalana de la Construcción y 111 empresas privadas del sector. El proyecto es fruto de un estudio impulsado hace un año por la empresa junto con el Centro Catalán del Reciclaje, la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) y las empresas Zicla (que produce prefabricados de hormigón) y Breinco (que vende productos reciclados para la construcción). Tras demostrar la viabilidad de la conversión de escombros en prefabricados de hormigón, el proyecto se encuentra ahora en fase de pruebas. Plantas de recicladoLa empresa recicló y reutilizó 1.400.000 toneladas de escombros procedentes de la construcción en 2005, último año con datos disponibles. En Cataluña, las principales plantas de reciclaje de residuos de la construcción se encuentran en los municipios de Olius, Barcelona, Cassà de la Selva, Granollers, L'Hospitalet de Llobregat, Rubí, Sabadell y Sant Quirze del Vallès.Los restos generados en derribos, demoliciones y obras de reforma en la construcción de viviendas y grandes obras de ingeniería civil no son los mismos en todos los casos, pero, en general, contienen más del 70 por ciento de materiales inertes, de origen mineral, que pueden reciclarse como áridos para distintos usos. Lo ideal, y en algunas grandes obras del sector de la construcción se hace, es efectuar una separación y selección previa de los materiales de desecho y escombro, apartando, para un posterior tratamiento en plantas de valoración y recuperación, los restos más inocuos (papel y cartón, madera, hierro, aluminio y otros metales, cristal, etc...) y los tóxicos y peligrosos (barnices, material aislante, pinturas, minerales pesados y disolventes), que aunque son una parte mínima hay que segregar con sumo cuidado en instalaciones adecuadas. Precisamente, es en este punto donde GRC se encarga de separar los distintos materiales desechados para aprovechar los granulados que serán reutilizados en otras obras. En las obras nuevas se genera un porcentaje mayor de materiales no minerales (envases y embalajes) y especiales (plásticos, pinturas, disolventes, siliconas...), que complican y encarecen los procesos de separación. Un proceso que raramente se da en origen en las pequeñas, pero frecuentísimas, obras de reparación, rehabilitación, reforma o mantenimiento de edificios y locales, cuyos residuos suelen acabar, hoy por hoy, en vertederos de todo tipo. GRC dispone de nueve plantas de reciclaje que aprovechan los derivados del hormigón de los escombros y contribuir así a la reutilización e materiales nocivos para la naturaleza.