Londres, que amenazaba con vetarlo, empieza a ceder tras quedarse solobruselas. El futuro de Iberia pasa por las decisiones que adopten el jueves de la semana que viene en Bruselas los ministros de Transportes de los 27 países de la UE. Washington y Bruselas alcanzaron el viernes 2 de marzo un preacuerdo para lanzar una primera fase de liberalización del espacio aéreo transatlántico. Para la aerolínea española, este acuerdo facilitaría posibles fusiones con otras compañías del Viejo continente (British Airways, Lufthansa y Air France-KLM se cuentan entre los pretendientes).También facilitaría alianzas con las aerolíneas estadounidenses para, por ejemplo, profundizar sus acuerdos con American Airlines. Pero para el Reino Unido significa liberalizar los enlaces entre Estados Unidos y el aeropuerto londinense de Heathrow, la joya de la corona de British Airways, compañía que se vería expuesta a una mayor competencia.El pacto, denominado Cielos abiertos, debe ser aceptado por los Gobiernos europeos y Reino Unido amenaza con vetarlo como hizo en el pasado. Pero en esta ocasión, Londres se ha quedado sola y quizás no se atreva a torpedearlo contra la voluntad de todos sus socios. Lo cierto es que las diplomacias europeas se reunieron ayer en Bruslas. Londres ya no se opone radicalmente al acuerdo, pero sigue sin darle su bendición. En los pasillos bruselenses se especula con la posibilidad de que el Gobierno británico ceda si se le garantiza que aunque el acuerdo entre en vigor el 28 de octubre de este año, Heathrow no deberá dar pista a nuevos rivales de British Airways hasta pasados 1, 2 o 3 años.