Abogado de profesión, desarrolló esta faceta en el bufete Uría y Menéndez. Pero hace ya dos años dejó aparcado el Derecho por el mundo inmobiliario, de la mano de Renta Corporación. Entrar en este sector supuso para él un auténtico desafío, que asumía además en un momento nada cómodo. P ¿Cómo fue el salto de la abogacía al inmobiliario? R En el despacho tenía un perfil muy mercantil, lo que me permitía estar muy cerca de las empresas. Esta circunstancia me llevó a que poco a poco me entrara el gusanillo de entrar en el sector. Conocí la compañía Renta Corporación, ya que les ayudé en su salida a bolsa. Y a partir de ahí se me planteó la oportunidad de incorporarme. P ¿Qué le llamó la atención del sector inmobiliario? R Siendo muy honesto, me atrajo más la compañía que el sector. Se trataba de un proyecto ambicioso que me ilusionaba, en un sector eje de la economía española. Todo ello me movió a iniciar la aventura. P Pero hablamos de 2008, no lo hizo en un momento fácil... R El componente de reto también me ayudó. Creía que era un sector en el que tenían que pasar muchas cosas en los siguientes años. En el que ya se percibía y se hablaba del cambio de ciclo. Era un sector en el que había mucho por hacer y que para mi desarrollo personal y profesional podía ser idóneo. P Y con 34 años se convierte en consejero delegado de la compañía, ¿se sentía joven pero sobradamente preparado? R No, no (risas), sobradamente preparado no estás nunca. Siempre he considerado que uno de los grandes alicientes del trabajo es aprender. La juventud te hace ver que tienes una vida profesional larga. P Vivió tres años en México DF, ¿es una ciudad tan grande e insegura como la pintan? R Fui allí muy joven, con 26 años. Con esa edad, te fijas más en las cosas positivas y en el carácter de aventura que aporta una ciudad así. Nosotros no tuvimos jamás ningún problema. La percepción de ciudad peligrosa, con riesgo y estresante, es mayor a posteriori, cuando no estás, que cuando vives allí. Pero tengo un recuerdo excepcional... el pequeño de mis hijos es mexicano. P Si pudiera elegir una urbe ideal en la que establecerse, ¿cuál sería? R Me resulta complicado definir una ciudad ideal. He disfrutado mucho en Madrid, en México DF, en Barcelona, en todos estas ciudades, y no me da vértigo que en mi vida profesional haya otras. Paso los veranos en Ibiza, mi mujer es de allí, en un ambiente totalmente distinto, en una casa de campo. Y también lo considero idílico. De hecho, no descarto que algún día pueda acabar allí, pescando o disfrutando de la paz. P Ya que ha vivido en las dos patas del puente aéreo, ¿qué destaca de Madrid y qué de Barcelona? R Te da la sensación de que todo pasa en Madrid, es una ciudad más abierta, alegre... Barcelona es más estable, con más calidad de vida. P ¿Se cuida mucho? R Intento hacer deporte, ir al gimnasio, jugar al tenis. Me gustaría decir que llevo una alimentación sana y equilibrada, pero realmente no es así.