madrid. El grupo francés Vivendi sufre pesadillas por culpa del regulador bursátil brasileño, la CVM. Este organismo pidió a la compañía gala la semana pasada todo tipo de aclaraciones sobre la sorpresiva contraoferta por la que Vivendi tomó el control de la operadora brasileña GVT, en detrimento de Telefónica. El regulador de los mercados volvió ayer a la carga al informar, a través de un comunicado, que resultan insatisfactorias las justificaciones de Vivendi sobre su proceder en la operación. Por ese motivo, el supervisor reclamó explicaciones adicionales que no ha recibido en el plazo indicado. Según la CVM, existen dudas sobre la capacidad del holding francés de ejecutar las opciones de compra a las que se refiere Vivendi. Entre otros asuntos que generan suspicacias se encuentra la deficiente aclaración de Vivendi respecto a la naturaleza de los derechos de Tyrus Capital sobre las acciones de GVT que eran objeto de opciones. Vivendi contraatacó el pasado 13 de noviembre y echó por tierra la opa lanzada por Telefónica sobre GVT, al asumir el 55,7 por ciento de la sociedad. Dicho porcentaje obliga a Vivendi a opar por el cien por cien de la operadora, por un importe de 2.800 millones de euros, un tercio más que la oferta anterior.