La dirigente alemana dice que "es un proyecto político pero la decisión final la tiene la empresa"berlín. Como si de un matrimonio se tratara, para lo bueno y para lo malo, así decidieron ayer Angela Merkel y Jacques Chirac repartirse la crisis de Airbus. "Las cargas de la reestructuración y las oportunidades de futuro deben quedar repartidas equitativamente entre los dos países", aseguró la canciller alemana apoyada en cada palabra por el presidente francés en la recién estrenada casa de invitados del gobierno en Meseberg, en las cercanías de Berlín.Merkel recordó la necesidad de que EADS y Airbus salgan a flote: "Se trata de un proyecto político. Para Europa es decisivo contar con un productor de aviones competitivo a nivel mundial", aseguró la canciller que inistió a pesar de todo en que las decisiones finales están en manos de la empresa.Los dos dirigentes quisieron dejar claro que el eje franco-alemán está más que a salvo y que también en este conflicto reina la unidad, incluso a la hora de manterner el reparto tecnológico, que hasta ahora había sido punto de fricción entre ambos país es: "Este es un tema clave y necesita la unión de Francia y Alemania porque cuando nuestros países no alcanzan posiciones unidas Europa se estanca", sentenció Chirac.Aunque Merkel se encargó de recordar que la reestructuración de Airbus también afectará a Espania y Gran Bretania, ambos líderes asumen que Francia y Alemanai van a ser los países más perjudicados por el Power 8.