Los dos servicios del país se unirían, sumando 14 millones de suscriptoresnueva york. XM y Sirius, los dos servicios de radio vía satélite en Estados Unidos, ponían el pasado lunes fin a los constantes rumores, que desde el pasado diciembre apuntaban a un posible matrimonio entre ambos, anunciando una fusión que aunaría emisoras, estrellas y suscriptores pero que acabaría de golpe y porrazo con la competencia en este segmento radiofónico, algo que seguramente despierte preocupaciones antitrust a este lado del Atlántico. A la espera de saber cuál es el punto de vista de los reguladores, XM y Sirius pasarían a contar con una amplia lista de adeptos que alcanzaría los 14 millones de suscriptores y un elenco de programas infinitamente variado que, incluso, hermanaría a dos de las más importantes personalidades mediáticas de EEUU, Oprah Winfrey y Howard Stern. La operación, bautizada en clave como Big Sky por XM según informaba The New York Times, estaría valorada en 13.000 millones dólares y necesitaría la aprobación tanto del Departamento de Justicia como de Comisión Federal de Comunicaciones (F.C.C, por sus siglas en inglés) Kevin J. Martin, presidente de la FCC, ha augurado que la regulación de la comisión podría complicar la fusión de ambas compañías y, pese a que no rechazaría la revisión del proyecto, las trabas estarán a la orden del día ya que la boda entre ambas compañías podría considerarse un monopolio. Pese a que una unión de XM y Sirius daría lugar a un imperio multimillonario, ambas empresas acumularían una deuda valorada en 1.600 millones de dólares y muchos se preguntan hasta qué punto sería útil para los oyentes: hasta la fecha, los servicios son potencialmente incompatibles y los reproductores diseñados para recibir los programas de una de las compañías no puede recibir las emisiones de la otra.