La compañía espera cerrar la compra del 3 por ciento en los próximos quince díasibiza/madrid. ¿Quién no hace comentarios otorga? Romano Prodi no quiso hacer ayer comentarios sobre la posible entrada de Telefónica en Telecom Italia, después de que su Gobierno se haya despachado a gusto en los últimos días. Primero, el ministro italiano de Comunicaciones, Paolo Gentiloni, que si la red debía quedar en manos locales. Y después, el ministro de Infraestructuras, Antonio Di Pietro, que no era por desconfianza en Telefónica sino por si la red de Telecom Italia caía en manos de Bin Laden o de la mafia. Prodi y Zapatero mantuvieron ayer una reunión en el marco de la XIV Cumbre Hispano-Italiana celebrada en Ibiza. El presidente del Gobierno español sí se pronunció: "Entendemos la fortaleza de una compañía tan importante como Telefónica, y hay que hacer que esta fortaleza sea compatible con los intereses de la Unión".Hace unos días, Telefónica reconoció que ha mantenido contactos exploratorios preliminares con Pirelli para tomar una participación en Olimpia (el principal accionista de Telecom Italia) y aseguró que no existe ningún acuerdo respecto a esta posible inversión, sus términos o posibles condiciones. Además, la operadora que preside César Alierta reiteró su compromiso de limitar a 1.500 millones de euros los fondos destinados a posibles nuevas adquisiciones hasta el cierre de 2007. Según ha podido saber elEconomista por fuentes cercanas al proceso, Telefónica espera cerrar la operación en los próximos quince días. Como mucho, el 3 por cientoLa española limitará su entrada en Telecom Italia a un 3 por ciento, comprando a Pirelli entre el 12 y el 14 por ciento de Olimpia. Pirelli, asfixiado por la deuda y necesitado de vender un porcentaje mayor, ha buscado otro socio que le libere de la carga. Según publicaba el pasado lunes La Repubblica, ese socio podría ser Intesa Sanpaolo, lo que reforzaría la italianidad de Telecom Italia calmando los ánimos del Gobierno italiano que, pese a las buenas intenciones de ayer, no tarda en pronunciarse contra la entrada de cualquier española en sus firmas.