Resiste a la crisis y entra en números rojos sólo por una participación en Argentinamadrid. El grupo Peugeot Citroën está preparado para meter de nuevo la quinta marcha en España. La filial en nuestro país del fabricante automovilístico francés cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas mínimas, de sólo 1 millón de euros, pese a que el sector sufrió un descalabró y las ventas de coches cayeron casi un 30 por ciento. Aunque este resultado contrasta con los beneficios de 108,4 millones de 2007, el resultado negativo en España representa sólo el 0,2 por ciento de los más de 343 millones que perdió el grupo en todo el mundo el año pasado. Y lo más importante para sus gestores es que mantuvo unos beneficios de explotación de 14,5 millones y si se vio arrastrada a las pérdidas, fue sólo por su participación en la filial Peugeot Citroën Argentina. En su último informe de gestión, la empresa explica, de hecho, que "el resultado financiero acaba el ejercicio con un saldo negativo de 15,5 millones, incluyendo una pérdida de 21,6 millones de euros por la participación en la filial argentina", debido a la variación del tipo de cambio del peso respecto al euro y de la perdida de rentabilidad en dicho país. Provisión de 410 millones La cuestión está ahora en saber hasta cuándo puede castigar Argentina las cuentas españolas y qué consecuencias puede tener eso en un futuro. Y es que, al margen de los resultados negativos, de acuerdo con la propia empresa, "a 31 de diciembre de 2008, la provisión por la depreciación de la participación en esta filial asciende a 410,9 millones de euros". No obstante, la filial española sigue dando síntomas de fortaleza, sobre todo teniendo en cuenta que su facturación se redujo sólo un 17,2 por ciento el año pasado, hasta 6.309,2 millones. Peugeot Citroën España llega incluso a calificar su situación como "positiva" y muestra su total confianza en que volverá a los beneficios en 2009. Este año la caída del mercado se ha acelerado, hasta superar el 34 por ciento, pero las ayudas del Gobierno han frenado el deterioro del sector. En julio la caída fue de sólo el 10,9 por ciento y en agosto las ventas podrían volver a subir. Esta situación se refleja también en las plantas españolas de PSA, que después de la no renovación de 900 contratos temporales y varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) suspensivos, vuelven a mirar al futuro con optimismo.