El grupo dice que la compra no va contra la competencia y beneficia a los consumidoresmadrid. La creación de un nuevo campeón nacional de la cerveza está en peligro. El Ministerio de Economía cree que puede haber indicios de posición dominante en algunas zonas de Andalucía si Mahou compra definitivamente Cervezas Alhambra, por lo que ha pedido al Tribunal de Defensa de la Competencia que investigue a fondo la operación. Aunque la última palabra la tendrá ahora el Gobierno, éste organismo tendrá que emitir un informe sobre la compra, recomendando posibles desinversiones o autorizándola sin condiciones.La compra de Alhambra, realizada el pasado mes de noviembre, permite a Mahou alcanzar una facturación de 968 millones de euros, lo que le sitúa como nuevo líder del mercado español, por delante de la holandesa Heineken, propietaria, entre otras marcas, de El Águila y Cruzcampo. Empresas complementariasEn el sector se da por hecho que si hay condiciones, éstas serán, finalmente, mínimas. Y es que Mahou y Alhambra son dos empresas complementarias. La primera es muy fuerte en la zona centro y el norte de España y la segunda, con fábricas en Granada y Córdoba, concentra casi todo su poder en Andalucía. La compañía madrileña mostró ayer su respeto por las autoridades de competencia, y aseguró que el hecho de que el expediente pase al Tribunal supone un paso más y defendió la operación. "La compra realizada no va contra la competencia, creará una oferta más eficiente y beneficiará a los consumidores", aseguró un portavoz de la compañía.El objetivo que persigue Mahou con esta operación es desafiar a Heineken allí donde es más fuerte: en el mercado andaluz. España es el noveno productor de cerveza en el mundo y el tercero de la Unión Europea, por detrás sólo de Alemania y Reino Unido, con una producción de 31,3 millones de hectolitros de cerveza. Y Andalucía es una de las regiones donde el consumo es más alto. Mahou, que tiene cinco fábricas -Alovera (Guadalajara), Lérida, Málaga, Burgos y Tenerife- sumará una plantilla de más de 2.400 trabajadores que, de momento, no tienen porque preocuparse por sus puestos de trabajo. La compra de San Miguel en 2000 y la adquisición hace dos años de la marca canaria Reina, le permitió ya convertirse en el primer grupo cervecero de capital español y el segundo del mercado por detrás de Heineken. Tras comprar San Miguel, tuvo ya que realizar varias desinversiones para poder cerrar la operación.