Ildefonso Ortega fue destituido por el Banco de España y se enfrenta a una denuncia ante la Fiscalía AnticorrupciónMADRID. Ildefonso Ortega, ex director general de CCM, destituido por el Banco de España tras la intervención de la entidad, y que se enfrenta a una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por estafa y manipulación contable, se ha hecho fuerte en el Consejo de Administración del grupo SOS. El gigante alimentario no sólo le ha ratificado en su cargo, sino que además le ha dado responsabilidades en la Comisión de Nombramientos como vocal de la misma. Aunque CCM está presente en el accionariado de SOS y formaba parte hasta su desaparición el pasado lunes de la Comisión de Estrategia, Ortega, mano derecha del ex presidente de la entidad, Juan Pedro Hernández Moltó, está en el consejo como independiente. En el sector alimentario ha llamado la atención su ratificación después de la salida de varios consejeros de la empresa y, sobre todo, tras la destitución de Jesús y Jaime Salazar como presidente y consejero delegado de la misma por el crédito que se autoconcedieron por 212 millones de euros. La tasación de activos El ex director general de CCM, que ha tenido que abandonar todos sus puestos en la corporación empresarial de la entidad, ha dimitido también como presidente de Tinsa, la mayor sociedad de tasación inmobiliaria de España, que está controlada por las cajas de ahorros y que valoró los activos en el sector inmobiliarios de CCM. Un portavoz de Tinsa confirmó ayer que "cesó voluntariamente en la última reunión del consejo, quedando como presidente en funciones Álvaro Arvelo". Según el informe del Banco de España, "el equipo directivo de CCM sobrevaloró el ciclo expansivo con un exceso de posicionamiento en el sector inmobiliario tanto a través de financiación directa como de participaciones en empresas de ese sector". Por otro lado, y según han confirmado fuentes próximas al capital de SOS, el grupo va a forzar la salida de Salazar como miembro de la junta directiva de CEOE y la patronal madrileña Ceim. Los hermanos Salazar, que controlan algo más del 30 por ciento, intentarán en cualquier caso plantar batalla en la próxima junta. El problema es que, pese a que los derechos de voto están limitados al 10 por ciento -sólo para las acciones adquiridas después de 2003 y Salazar tenía ya entonces más de un 20 por ciento-, Caja Madrid, las cajas andaluzas y el inversor suizo Daniel Klein suman un 40 por ciento.