En el mercado se especula con que ha habido un posible pacto entre Altadis, Philip Morris y Japan Tobaccomadrid. ¿Coincidencia o pacto contra las leyes de la libre competencia? Las tres grandes tabaqueras de España -Altadis, Philip Morris y Japan Tobacco International- suben hoy el precio de casi todas sus marcas y en porcentajes, además, muy parecidos. La multinacional estadounidense Philip Morris encarecerá 20 céntimos la cajetilla de su emblemática Marlboro, la marca más vendida de España, hasta establecerla en 2,95 euros. En la misma proporción subirán también el precio del resto de sus marcas -LM, Chesterfield y Next-, que se sitúan en 2,45, 2,60 y 2,30 euros, respectivamente. Altadis también sube 20 céntimos el precio de Fortuna, Nobel y Habanos, estableciéndolo en 2,40 euros en el caso de las dos primeras marcas, y en 2,70 euros en el caso de la tercera, mientras que Ducados Rubio se venderá a 2,20 euros, lo que supone 10 céntimos más que ahora. De igual forma, Japan Tobacco International sube también 20 céntimos el precio de Winston y Camel. La primera costará 2,40 euros y la segunda 2,60 euros.BAT, al margenEntre las grandes compañías, la única que no sube por ahora es British American Tobacco (BAT), la dueña de Lucky Strike y Pall Mall. A los estanqueros, como al resto del sector, les ha sorpredido en gran medida este movimiento. "Se trata de algo absolutametne insólito y todo indica que ha habido un pacto. Hasta ahora, las subidas se habían realizado de forma independiente y escalonada. Habría que investigarlo", destacan fuentes próximas a las expendedurías.Estas alzas que aparecerán hoy, previsiblemente, en el Boletín Oficial del Estado (BOE) reflejan los efectos de las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno para atajar la proliferación de las marcas baratas a las que recurrieron las tabaqueras en su guerra de precios frente a la Ley Antitabaco. El pasado mes de noviembre, el Gobierno aprobó un decreto por el que elevaba el impuesto mínimo por cada mil cigarrillos de 55 a 70 euros. Esto suponía que las marcas más baratas tendrían que elevar su precio un mínimo de 8,2 por ciento. Aunque algunas subieron de forma inmediata, otras no lo han hecho hasta ahora. Con esta medida, el Gobierno pretendía desincentivar el consumo de un producto nocivo para la salud. Pero al margen de la salud de los consumidores, los grandes beneficiados fueron Philip Morris y Altadis, que llevaban varios meses reclamando al Gobierno una subida de los impuestos mínimos para acabar con la guerra de precios.