madrid. España no es el único país que ha tenido que retirar una licencia de vuelo en Europa durante los últimos años pero sí es el que lo hace con una mayor desventaja respecto a sus vecinos del Viejo Continente. La suspensión de actividades de Air Madrid pasa a engrosar una nutrida lista en la que se encuentra todo tipo de empresas pero la gran diferencia es que la mayoría de ellas no se deben a cuestiones de seguridad, como es el caso de la aerolínea presidida por José Luis Carrillo, sino por cuestiones económicas, cuyo arreglo siempre tiene mejor solución.Y los ejemplos más recientes son los de la suspensión de dos líneas de bajo coste británicas a comienzos de esta semana, también en vísperas de las fiestas de Navidad. A la dirección de Aviación Civil de Reino Unido no le tembló la mano el pasado lunes para cancelar las operaciones de Loco Flights y CT2 Fligths, dos low cost pertenecientes al touroperador británico HCCT Hollydays. El paro supuso un trastorno para los más de 40.000 pasajeros que no pudieron volar pese a tener el billete en la mano. La cifra duplica el número de viajeros a los que ha afectado la crisis de Air Madrid, si nos atenemos a los datos del Ministerio de Fomento, pero la solución será más sencilla. La cartera dirigida por Magdalena Álvarez habla de 20.000 afectados, ya que sólo ha tenido en cuenta en su plan de crisis a los pasajeros que debían hacer el viaje de retorno. Dejando las cifras a un lado, la gran diferencia entre los pasajeros británicos que han perdido sus vuelos de Navidad y la odisea que han vivido los clientes de Air Madrid en los aeropuertos de El Prat y Barajas es que en Reino Unido existe un fondo para estos casos de emergencia. Mientras que los afectados por la aerolínea española tendrán que pegarse con las agencias y con la compañía española, a los de Loco Flights y CT2 Flights les basta con acudir a la ATOL (Air Travel Organisers Licence), una organización que protege a los viajeros en ocasiones en las que las aerolíneas se enfrentan a la bancarrota.Petición a la IATASeguro que los pasajeros de Air Madrid miran con envidia a estas compañías aéreas, mientras esperan que las agencias de viaje reclamen el dinero a la IATA, que ha retenido los fondos generados por la venta de billetes de la aerolínea española desde el pasado 15 de diciembre. Pero no son los únicos casos de retirada de licencia por motivos económicos, ni tampoco los únicos que tienen una mejor solución que Air Madrid. En Europa se han registrado una media docena durante los últimos años. Uno de los casos más llamativos fue el de la aerolínea italiana de Volare. A finales de noviembre de 2004 las autoridades de aviación civil transalpinas (ENAC) suspendieron la licencia de vuelo de la aerolínea.Los motivos fueron económicos. Tras una deuda de 320 millones de euros, la compañía aérea fue investigada por un posible delito de falsedad en contabilidad mercantil.Ahora, tras la tempestad llegó la calma. Volare volvió a hacer honor a su nombre y recuperó la licencia en abril de 2006, tras resolver los problemas económicos y reorganizar sus activos. Algo parecido le ocurrió a la aerolínea francesa Air Lib, que nació de la fusión de AOM y Air Libertè, y que estuvo al borde de la quiebra en el año 2000. Otras compañías aéreas como la polaca Air Polonia y la italiana Duo corrieron peor suerte.Al igual que en el Viejo Continente, en España Aviación Civil puede suspender la licencia a aquellas compañías que no sean solventes económicamente si hace caso de la Ley de Sociedades Anónimas. Air Madrid hubiera estado abocada a este cierre pero los problemas de seguridad han dejado la cuestión económica en un segundo plano. La aerolínea perdió entre 2004 y 2005 algo más de 14 millones de euros "y la situación podría ser peor si hubiera continuado operando", asegura un experto. El caos de los derechos de vueloLa suspensión de una licencia acarrea todo tipo de problemas a la aerolínea: qué hacer con la flota, indemnizar a los trabajadores, cerrar los acuerdos comerciales con los clientes... Pero las mayores complicaciones, sobre todo desde el punto de vista técnico, llegan con los slots (derechos de vuelo).Volviendo al ejemplo de la italiana Volare, el gigante británico de bajo coste easyJet pidió a la Unión Europea los slots de la aerolínea en quiebra en las rutas entre Francia e Italia. En España ya hay aerolíneas interesadas en los derechos de despegue y aterrizaje de Air Madrid, sobre todo en las rutas latinoamericanas. Una de los opciones es que AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) retenga esos slots hasta el próximo reparto, que se decide en una de las dos cumbres anuales que celebra la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para hacer esta oeración con los derechos en todo el mundo. Pero existe otra alternativa y es que el Ministerio de Fomento se adelante a ese reparto y ofrezca las rutas a las aerolíneas que les interese.Fuentes cercanas a la operación aseguran que tanto "a Air Plus Comet como Air Europa les encajaría en sus planes de negocio las rutas que ha dejado Air Madrid". Tampoco le vendrían mal a Iberia, pero su dominio en el mercado latinoamericano y su oferta de vuelos en los mejores horarios no hacen pensar que la compañía aérea presidida por Fernando Conte se haga con estos derechos.La última opción es que el plan de viabilidad de los trabajadores sea aprobado por el Ministerio de Fomento y continúen las actividades de la compañía. "Es complicado que sea aceptado pero, aunque el Gobierno de su visto bueno, les será difícil hacer rentable la compañía y más teniendo en cuenta que se verían obligados a reducir el número de rutas", explican las mismas fuentes.