El alto precio del crudo y los problemas de seguridad limitan la rentabilidad del sector que los construyemilán. En el ámbito de los petroleros, el imaginario colectivo sigue anclado en el Jahre Viking, la mayor nave jamás construida por el ser humano. Se trata de un gigante fabricado por los japoneses a finales de los años 50, con 564.763 toneladas de capacidad y 650.000 a plena carga, de 458 metros (equivalente a más de cinco campos de fútbol colocados uno detrás de otro). Su anchura es de 69 metros, tiene un calado de 35 metros y es propulsado por un motor de unos 50.000 caballos de potencia.En comparación, la mayor nave de pasajeros (el Queen Mary 2) es casi cuatro veces más pequeña. Tras realizar una amplia hoja de servicios, vivir incontables vicisitudes (fue alcanzado por varios misiles lanzados por aviones iraquíes en 1988, durante la guerra contra Irán) y varios cambios de nombre y de propietarios, el Jahre Viking, honradamente jubilada, sobrevive como depósito flotante del yacimiento petrolífero de Al Shaheen, en las aguas de Qatar, con el nuevo nombre de Knock Nevis.Rentable, pero limitadoEn realidad, en el transporte marítimo -y especialmente en el terreno petrolífero-, el gigantismo sigue siendo rentable, pero con ciertas limitaciones. Algunas, de orden práctico. Un ejemplo: por sus dimensiones abdominales, el Jahre Viking no era capaz de atracar en la mayoría de los puertos mundiales, lo que exigía costosas operaciones de transbordo de la carga, ni podía transitar por el Canal de La Mancha. Además, su maniobrabilidad era muy reducida, y solía necesitar varias millas de espacio para detenerse.Lo último, y no menos importante, es que la recesión económica ocasionada por la escalada de los precios del crudo dejó durante mucho tiempo inactivos los petroleros similares al Jahre Viking, lo que ocasionó enormes perjuicios a las empresas que se dedican a su construcción y manutención.Otras limitaciones han venido impuestas por la seguridad. Los grandes petroleros han registrado ya demasiados accidentes con graves daños medioambientales: desde el Exxon Valdez hasta el Amoco Cádiz, del Torrey Canyon al Prestige, pasando por el Erika. Todos estos incidentes convencieron a las autoridades marítimas internacionales de la necesidad de apostar por la construcción de unidades de doble casco, capaces de resistir mejor las colisiones sin verter su preciada y contaminante carga.La confirmación de esta dinámica llegó con el Limburg, un buque muy nuevo de 300.000 toneladas que en octubre del año 2002 fue atacado frente a las costas yemeníes por un barco suicida de Al Qaeda. A pesar de los graves daños y del fuego que lo envolvió durante horas, el barco sobrevivió bastante bien al ataque.Lo grande sigue, pues, siendo bello, pero sin exagerar. Hoy en día, el número uno de los petroleros gigantes es el TI Asia, un barco con una capacidad de carga de 442.000 toneladas (casi un cuarto menos que el Jahre Viking), construido en 2001 en Corea del Sur, que tiene unos 380 metros de largo y un motor de 50.000 caballos de potencia. Hay que tener en cuenta que, con la misma potencia propulsora, un menor tonelaje proporciona un aumento de la velocidad de cerca del 40 por ciento (de 13 a 18 nudos).El TI Asia es, por tanto, un barco con gran futuro. El millar de buques clasificados como VLCC (Very Large Crude Carrier -gran carguero de crudo-, con una capacidad de carga de entre 160 y 320.000 toneladas de petróleo) está sustituyendo lentamente a los 150 ULCC (Ultra Large Crude Carrier, con una capacidad superior), que todavía navegan por todo el mundo. Además, los VLCC se presentan como los barcos en servicio más rentables, si se tiene en cuenta su capacidad de carga y sus menores limitaciones de uso.La seguridad mandaEso sí, los grandes cargueros de crudo no suplantan a los 4.300 petroleros con más de 500 toneladas de carga que actualmente navegan por el mundo, aunque estos últimos tienen fecha de caducidad, dado que más del 40 por ciento de ellos fue construido antes de 1980. De aquí a 2015, todos los barcos de un solo casco (2.200 de estos buques tienen una capacidad superior a las 5.000 toneladas, para un total global de 175 millones de toneladas) deberán ser retirados -al menos, de los mares más frecuentados-, para ser reemplazados por otros más seguros, de doble casco.Mientras tanto, de aquí a finales de año deberán retirarse todos los barcos construidos antes de 1979.