La red china 'Compass' provoca interferencias en la frecuencia secreta del sistema de la UEbruselas. Galileo va de problema en problema. Sus costes aumentan, las autoridades de la UE no terminan de cerrar el acuerdo de adjudicación con el consorcio de empresas que se encargará de su gestión y, por si éramos pocos, se ha cruzado por el camino el ejército chino según ha sabido elEconomista.Galileo será una constelación de satélites europeos que desde 2011 debería competir con el sistema estadounidense GPS de localización y navegación. Después de superar la resistencia de Washington a la creación de este competidor, y de buscar europeos y estadounidenses frencuencias para que ambos operen sin interferirse, ahora Galileo se enfrenta a otro futuro rival: el sistema chino Compass, que también se solapa con sus frecuencias, según admitieron ayer fuentes de la Administración de Finlandia, país que este semestre desempeña la presidencia rotativa de la UE.El mayor problema es que mientras las interferencias entre Galileo y GPS se solucionaron a través de una larga negociación, las autoridades chinas no se avienen a debatir con las de la UE. Aseguran que es un tema militar y se escudan detrás de la opacidad de su ejército. Galileo es un sistema principalmente civil, pero las interferencias con Compass se producen justo en las frecuencias reservadas a los cuerpos de seguridad europeos.