Le acusa de competencia desleal por "sus declaraciones denigratorias" y la vasca contesta que mantiene lo dichomadrid/bilbao. Hasta Paco Martínez Soria vivió en las carnes de uno de sus personajes en El alegre divorciado que una separación puede tener sus ventajas pero también un buen número de inconvenientes. Orange (antes Amena) y Euskaltel se han divorciado, han roto el matrimonio que sellaron en 1998 y ahora cada uno, por su camino. Pero Euskaltel quiso llevarse sin acuerdo a los niños, los más de 400.000 clientes que les unían, y eso no va a salir fácilmente del corazón de Orange. La operadora vasca recurrió directamente al regulador, la CMT, para que le diese la custodia. Para que no sufrieran, el árbitro de las telecos, dijo primero que dejasen de ofrecer regalos a los niños para ganárselos y luego, que fueran los propios niños quienes decidiesen. Mientras lo hacen, Orange ha vuelto a la carga ya sin más motivo estratégico que lamerse las heridas y recuperar su honor. Ayer comunicó que ha presentado una demanda en la justicia ordinaria contra Euskaltel por competencia desleal. La francesa basa su petición ante el Juzgado Mercantil de Bilbao en que "Euskaltel ha realizado manifestaciones falsas y gravemente denigratorias en relación con Orange, a través de su página web, de abundantes declaraciones en los medios de comunicación, e incluso por medio de mensajes SMS".Y lo que pide es que "se condene a Euskaltel a cesar en esa conducta, rectificar las manifestaciones realizadas, publicar a su costa la sentencia que se dicte y a indemnizar los daños y perjuicios que las actuaciones de Euskaltel han ocasionado a la marca Orange". La operadora francesa dice que Euskaltel da "la mayor publicidad posible a una serie de manifestaciones falsas" y parece sorprenderse de que la intención es, "en último término, intentar animar a los clientes de Orange en el País Vasco a migrar a otra red diferente de la de Orange". La de Vodafone, se les olvida decir, porque la británica es la nueva pareja de Euskaltel que va a permitir a la vasca seguir ofreciendo telefonía móvil sin contar con red propia. Euskaltel, a quien le encanta sentirse más vasca que nunca y mucho más el hecho de que nadie sepa en el País Vasco quién es Orange (ni Amena) porque el pacto implicaba que la marca verde (hoy naranja) no podía salir a la calle, no tardó en contestar ayer. Para empezar, se reafirmó "en todas las declaraciones realizadas" y se mostró sorprendido de que "Orange, que está perjudicando a los clientes de Euskaltel al no permitirles realizar operaciones con el operador que libremente han elegido [...] tenga el atrevimiento de presentar una demanda por competencia desleal".