Es un fenómeno cíclico, cada cinco años las grandes aerolíneas transforman sus plazas 'ejecutivas' Las cuatro grandes líneas aéreas europeas, Air France, British Airways y Lufthansa -Iberia concluyó esta fase en junio- están de nuevo renovando por completo las cabinas de la clase Business para los vuelos de largo recorrido. Los flamantes asientos se llevan la parte del león del presupuesto, porque en ellos viajan los hombres de negocios, que son sus clientes más rentables y fieles. Todas las compañías hacen hincapié en que las renovadas cabinas son lugares exclusivos y aislados, en los que los viajeros pueden trabajar, relajarse y dormir a pierna suelta para llegar frescos a su lugar de destino. Las diferencias en el diseño ergonómico y en las prestaciones tecnológicas de las nuevas plazas es la baza de cada compañía para marcar las diferencias con sus competidores. British Airways es la que más se acerca al asiento multifuncional: no sólo se convierte en una cama plana de 183 centímetros de largo, sino que permite al viajero adoptar una posición Z (se supone que relacionada con la moda zen), que permite al cuerpo una postura similar a la que adoptaría en una situación de gravedad cero. A la butaca le falta la función de masaje, que sí tienen las de Iberia y Lufhansa, pero British Airways se va a gastar 100 millones de libras en esta nueva generación de camas para la clase Business, que habrá implantado en toda su flota en un plazo de 18 meses. Una cama de dos metros Los recién estrenados asientos de Air France, de dos metros en su posición de cama, están pensados para dormir con comodidad, pero no alcanzan la horizontalidad, ya que tienen una inclinación de 5 grados con respecto al suelo. Su ventaja es la anchura de 61 centímetros adicionales y un apoyabrazos desplegable. Iberia, por su parte, ha contado con los servicios de la consultora especializada Skytrax, que ha recomendado una cama plana de 1,90 metros de longitud, gracias a una separación entre filas de 152 centímetros en posición sentada. También Lufthansa mejora considerablemente la distancia entre asientos, hasta metro y medio, para que el pasajero disponga de hasta dos metros para dormir confortablemente, con un mínimo ángulo de inclinación. No es sólo cuestión de espacio, sino también de tecnología. Los mandos de tan complejas butacas requieren un panel de control para activar las funcionalidades de los habitáculos. Air France e Iberia recalcan que son sencillos e intuitivos; la butaca de la aerolínea francesa tiene, además, un segundo mando integrado en la estructura del asiento para accionar el mecanismo sin necesidad de levantarse. No habiendo tenido la ocasión de usarla, es de suponer que esta función o una similar estará disponible en las otras aerolíneas. Al estar pensadas para hombres de negocios, que en los viajes de larga distancia tienen la costumbre de seguir trabajando, las prestaciones tecnológicas son un capítulo importante de las nuevas cabinas Business. Como no podría ser de otro modo, las conexiones para portátiles son obligadas -los enchufes de British Airways requieren adaptador UK/USA- así como los teléfonos y la iluminación de cada asiento con intensidad variable. Las mesas son más amplias, para desplegar papeles y, por supuesto, a fin de comer unos menús gourmet, que se presentan como un atractivo en sí mismos. Y para que no falte nada de nada, también se ha pensado en nuevos sistemas individualizados de entretenimiento a bordo. Aunque el menaje y las telas no representan una cifra sustancial en el conjunto, los colores y los diseños singularizan los cambios en las cabinas. Mantas, edredones, mantelería y cojines han sido diseñados en exclusiva para la ocasión. Por ejemplo, British Airways ha escogido los damascos de Osborne & and Little, que aportan el toque british de rigor. Por el momento, sólo Iberia ha completado la transformación de sus aviones de largo recorrido para su clase Business Plus. Las otras tres compañías mencionadas han presentado prototipos; hay que admitir que los cambios no son nada fáciles, y hay que implantarlos sin reducir significativamente la flota disponible. Air France promete que, antes de mayo de 2007, una cuarta parte de sus aviones estarán equipados con los nuevos asientos. Todo para que los pasajeros de negocios, cruciales para la rentabilidad, lleguen a destino descansados y en plenitud de facultades.