Financiará la operación a través de una ampliación de capital de su filial gala barcelona. Crecer, crecer y crecer. Esa es la consigna que se ha marcado Luis Portillo, presidente de Inmocaral y Colonial, dos empresas que se fusionarán en el primer trimestre del próximo año para convertirse en la segunda inmobiliaria española. Las escasas oportunidades de compra en el mercado del ladrillo español convierten a Francia en la futura vía de crecimiento para la nueva Colonial."No hay buenas oportunidades para adquirir sociedades en el mercado español, por lo que para crecer pensamos en Francia" afirmó ayer Portillo en una rueda de prensa tras celebrarse la junta extraordinaria de accionistas de Colonial. Es decir, no hay chollos inmobiliarios que se ajusten a la vocación patrimonialista (compra y alquiler de inmuebles) del grupo. En concreto, el empresario andaluz prepara adquirir una compañía en el mercado francés a través de su filial Societe Fonciere Lyonnais (SFL). Colonial controlará el 93 por ciento del capital de esta compañía patrimonialista, una vez que se liquide la oferta de compra que lanzó sobre su capital a un precio de 55 euros cada acción.Ampliación de capital Cuando se cierre esta operación, Colonial autorizará una ampliación de capital de SFL para comprar una compañía patrimonialista que se acoja a las ventajas fiscales que ofrece el mercado francés a ese tipo de empresas. "Tenemos muchas ofertas en la mesa", indicó el nuevo consejero delegado de Colonial, Mariano de Miguel. Inglaterra también está en el punto de mira de la compañía, aunque no con el mismo entusiasmo que Francia. Al final, el objetivo final es crear un gigante con vocación patrimonialista. Una estrategia que Luis Portillo aprendió muy bien cuando estuvo de accionista en Metrovacesa y que ha decidido aplicarla a su propio proyecto. La empresa presidida por Joaquín Rivero enfocó primero su negocio al patrimonio en España y luego en el país vecino donde compró Gecina, su actual fuente de oro.La junta de accionistas ratificó ayer los nombramientos del nuevo Consejo de Administración de Colonial, tras comprarla Inmocaral. Hubo tres sorpresas. El consejo aprobó el nombramiento de dos consejeros independientes, Antonio López y Javier Solá. También se aprobó el de Yolanda Mayo, que ocupará un sillón en representación de Luis Portillo. Por el momento, el empresario andaluz pasó bastante bien su primera junta de Colonial. Los accionistas sólo le pidieron explicaciones del retraso del pago de un dividendo de 0,451 euros por título. La contestación fue clara: había que estudiar si la compañía tenía dinero para ejecutarla. Al final, los accionistas cobrarán a fin de mes.