Jacobo Pombo: "Los jóvenes deberían demandar unas condiciones de vida básicas"

La ciudadanía del presente se sustenta en una delicada calma, llegada tras la fuerte convulsión que supuso la crisis económica para nuestros bolsillos, pero también para nuestras conciencias. Y es que, al amparo de la recesión, la sociedad ha cambiado sus pautas de consumo y ha visto la posibilidad de exigir un cambio en las formas de hacer política. Todo ello marcado por el fuerte impacto de las nuevas tecnologías.

En este conglomerado, la juventud juega un papel fundamental, porque serán estos jóvenes los encargados de liderar el futuro que llega. Precisamente, con la idea de dar voz a estos perfiles y de generar un foro de diálogo intergeneracional nació en 2016 Global Youth Leadership Forum, un espacio en el que jóvenes líderes de hasta 40 años y con importantes responsabilidades en sus países debaten con representantes y organismos internacionales sobre los principales desafíos que va a afrontar la comunidad internacional en los próximos años.

La cita está impulsada por Naciones Unidas (a través de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito), el Banco Mundial y los Gobiernos de España, Cantabria y Santander -donde tendrá lugar del 24 al 30 de septiembre en el Palacio de la Magdalena-. De hecho, tal y como opina Jacobo Pombo, presidente del foro, "la idea es que España se convierta en el epicentro del debate político global entre jóvenes y no tan jóvenes para abordar estos desafíos".

¿Qué novedades lanzarán en la edición de este año?

Hemos conseguido un incremento muy fuerte del número de países. Asimismo, vamos a hablar sobre seguridad nacional e internacional; globalización; desarrollo económico, migración, el papel de los emprendedores, desarrollo sostenible y mercados energéticos; así como el futuro de la educación.

Echo en falta el papel de la mujer dentro de estos desafíos...

Estamos trabajando el papel de la mujer como líder. El año pasado estaba previsto, pero finalmente no entró. Sin embargo, este tema y el de corrupción son dos de los aspectos fundamentales que vamos a introducir este año.

¿Qué otros temas destacaría?

La colaboración entre el sector público y el privado. Es decir, es fundamental que las grandes empresas internacionales sean conscientes de que tienen que implicarse de verdad en la generación de modelos de desarrollo para la sociedad, porque tienen una gran capacidad económica; mucha flexibilidad para actuar; y una implementación y una acción global.

Muchos jóvenes son los llamados a ser la generación del desencanto y la precariedad laboral, ¿qué se les dice a quienes se sienten así?

El mensaje es que hay que ser muy optimistas. Cuando hablamos de esos jóvenes desencantados, el problema es que tenemos una visión eurocéntrica, porque quizá los de la India o de China consideran lo contrario. Ahora es el momento en el que más oportunidades estamos teniendo. En términos generales decimos que hay que ser optimistas, seguir trabajando, revindicar lo que se considera injusto y demandar a los gobiernos que satisfagan sus necesidades y que les den unas condiciones de vida básicas.

¿Cómo se vislumbra el futuro de la UE con el 'Brexit' y la elección de Donald Trump?

Si hay algo positivo es que creo que el grueso de las inversiones que puedan salir de Londres se van a quedar en la UE.

¿Y qué hay del reto medioambiental tras la salida de EEUU del tratado de París?

El cambio climático es inevitable. Los mensajes del presidente Trump en la línea de no cumplir con los acuerdos no son los adecuados. Aunque es su responsabilidad, si nosotros conseguimos que los futuros líderes de EEUU estén concienciados con la cuestión ambiental habremos solucionado el problema.