Alivio en Euskadi
La situación del País Vasco ha experimentado una intensa y favorable evolución, que como es natural está siendo sobre todo percibida por los propios vascos. Independentistas vascos logran ir a comicios tras rechazar violencia
En la actual coyuntura, no sólo ETA ha dejado de matar en una nueva tregua sino que ese sector relevante de ciudadanos que se agrupó bajo la marca Batasuna y que hoy forma la llamada izquierda abertzale ha cambiado radicalmente de discurso, se ha desmarcado bastante verosímilmente de la violencia y aspira a participar en las instituciones para impulsar sus ideas independentistas por vías democráticas.
Premiar unas conductas
Así las cosas, y aunque haya todavía razones para la desconfianza, el levantamiento, por el Tribunal Constitucional, del veto que el Tribunal Supremo impuso a las candidaturas de la coalición Bildu debería ser acogido con más esperanza que susceptibilidad, ya que en principio sirve para relajar tensiones y para premiar unas conductas que han arrinconado a ETA, han obligado a la banda a silenciar las pistolas e incluso la han forzado a renunciar a sus antiguos métodos de financiación, es decir, al chantaje. ETA no ha desaparecido pero nunca había estado tan exhausta ni tan poco arropada socialmente.
Es muy lícito el debate sobre la credibilidad y la sinceridad de quienes han dado el salto intelectual desde la complicidad con la violencia a la observancia de la ética pluralista y de las reglas democráticas, Sin embargo, todo indica que este sector social ha realizado un plausible esfuerzo por reubicarse, por hacer real su mudanza y por congraciarse con el resto de la sociedad, que padeció en carne propia hasta ayer mismo la amenaza de los intransigentes.
Precipitará el final inexorable del anacronismo etarra
Hoy, en cualquier caso, se percibe en Euskadi un sentimiento de alivio porque se piensa que se acaba de dar un paso más hacia la normalización. Un paso quizá doloroso para las víctimas del terrorismo pero necesario para clausurar cuanto antes el viejo drama que ha desgarrado la convivencia durante más de cincuenta años. Llevará tiempo cerrar del todo las heridas pero es evidente que el ingreso pleno del antiguo 'brazo político' de ETA en la dialéctica política vasca facilitará los reencuentros y precipitará el final inexorable del anacronismo etarra, al que apenas le queda actualmente un exánime hilo de vida.
Esta madrugada han aparecido pintadas contra una oficina del PP en Vitoria.