Han sido varias las evidencias técnicas que nos han ido advirtiendo a lo largo de las últimas semanas de que algo no iba bien en el intento de reordenación alcista del valor, pero la gota que colmó el vaso y que nos hizo desestimar a DOGI como posibilidad operativa, fue el cierre del amplio hueco generado al alza ahora hace un mes, concretamente el que abrió entre los 0,66 y 0,72 euros.
El cierre de este hueco, visible en gráficos semanales, fue un claro aviso de que la posibilidad de asistir a una reordenación alcista tenía visos de haber fracasado. Piensen que cuando se abre un gap de ese calibre la señal que nos lanza el mercado es que los alcistas han tomado el control pero si ese gap es cerrado la lectura es justo la contraria.
A muy corto solamente se alejaría el riesgo bajista si la cotización logra romper los 0,69 euros. Si consigue eso es probable que tenga continuidad la fase lateral que ya dura 9 meses entre los 0,50 y 1 euro. Tendencialmente sólo habría cambios destacables si la cotización se sale de este rango.