La transición que está viviendo Inditex desde ser una compañía de puro crecimiento (growth, en el argot) hasta convertirse, paulatinamente, en value -ya dentro de un ciclo de madurez- ha llevado a Inditex a implementar una nueva política de retribución al accionista. La firma textil gallega anunció esta semana el aumento de su payout (porcentaje del beneficio que dedica a retribuir al inversor) del 50 al 60%, además de que concederá un dividendo extraordinario de 1 euro a repartir con cargo a los resultados de 2018, 2019 y 2020.
A todo ello, hay que añadir el aumento del dividendo como consecuencia del crecimiento de su beneficio neto, que alcanzó en su cierre de ejercicio fiscal 2018 los 3.444 millones de euros. En todo caso, las ganancias fueron un 2,3% superiores a las de 2017, el menor avance desde el año 2013, con lo que sorprende, particularmente, que la retribución al accionista se dispare un 17% respecto al año anterior, el porcentaje más elevado desde 2010.