A pesar de que en las primeras semanas del ejercicio se han recuperado, en parte, las sensaciones positivas en el mercado de renta variable, analistas e inversores aún muestran cierta desconfianza y, por ahora, siguen pensando en el último movimiento alcista como un simple rebote en vez de como algo más -una reestructuración alcista o un cambio sólido de tendencia, por ejemplo-.
Una de las pruebas que mejor lo demuestra es, como siempre, el número de salidas a bolsas que se han registrado en el mercado. En lo que va de año, apenas una treintena de compañías tenía previsto salir a cotizar al parqué en el primer mes del año con la estimación de captar con estas OPV un total de 1.000 millones de euros. Se trata del peor mes de enero desde la crisis financiera. Concretamente, desde 2009 no se veía un comportamiento tan vago en el ámbito de los debuts bursátiles mundiales.