En un mundo que se dirige hacia la convergencia de servicios de telecomunicaciones (fijo, móvil, internet y televisión) bajo una sola compañía, encontrar diferencias entre los tradicionales operadores de cable, hoy fibra óptica, y los que envían información por medio de antenas y sensores se ha vuelto más complicado.
Como demuestra la adquisición de Sky por parte de Comcast, la de DirectTV por parte de AT&T y la de Ono por parte de Vodafone, es que las grandes firmas del sector de las telecomunicaciones buscan unificar servicios bajo una misma enseña, ahorrar costes y ofrecer valor añadido a los clientes en un mercado saturado.