Si hay un aspecto de Sacyr que ha llenado titulares y se ha colocado en el punto de mira tanto de inversores como de analistas es, sin lugar a dudas, su participación en Repsol, que arrancó con cerca de un 20 por ciento y se ha ido diluyendo hasta el 8,2 por ciento actual. Pese a ello, dicho porcentaje sigue suponiendo una capitalización mayor que la de la propia constructora, aunque la diferencia entre la valoración de la compañía y la de su participación es ahora mismo más reducida que la media de los últimos años.
En concreto, el pedazo de Repsol del que Sacyr es dueña supone 1.851 millones de euros, frente a la capitalización de la firma de 1.361 millones. Esto significa que la participación vale un 35,97% más que la compañía. Algo que supone cotizar con una prima de 50 puntos porcentuales con respecto a la media de los últimos 9 años (desde 2009), que se sitúa en el 85,34%.