La bolsa española se mantendrá en 2017 como una de las más atractivas del mundo en cuanto a dividendos. Es una característica que conserva año a año, y que en los próximos doce meses defenderán con retribuciones que ofrecen al accionista una rentabilidad media del 4%. Pero, como de costumbre, este año también incorporará novedades tanto en las políticas de remuneración de las compañías como en otros aspectos que afectan al inversor.
El mejor ejemplo de lo que puede deparar el año ya lo ha sentenciado Telefónica. Pocos meses después de tomar el timón de la operadora, José María Álvarez-Pallete rompió con la política de su antecesor en la presidencia para eliminar por completo el pago en acciones -conocido como scrip dividend-. La teleco afrontó, al mismo tiempo, que no podía pagar en metálico todo su dividendo, por lo que recortó sus pagos para no comprometer su situación financiera. Este camino es el que ya siguió Ana Botín en Banco Santander (SAN.MC), que tradicionalmente abonaba uno de los grandes dividendos de la bolsa española, y los expertos no descartan que otras firmas puedan sumarse. Aunque ni Telefónica ni Santander liderarán el ranking, sí se sitúan entre las 27 empresas que a lo largo del año retribuirán con pagos que rentan igual o más que la media del 4%.