Desde que Donald Trump salió victorioso de las elecciones en Estados Unidos, la bolsa española se ha quedado, una vez más, rezagada con respecto a sus homólogas del Viejo Continente. Sin embargo, la llegada del magnate republicano a la Casa Blanca unida a la expectativa de que el tapering -la retirada paulatina de los estímulos por parte del BCE- pueda llegar más pronto de lo esperado inicialmente y a que el mercado ya pone fecha en 2018 a la primera subida de tipos en la eurozona ha cambiado a mejor el panorama para la banca, un sector sin el que el Ibex no será capaz de recortar la distancia frente a las principales bolsas europeas.
La mayor parte de los analistas no recomienda comprar firmas del sector, a no ser que el inversor tenga un perfil muy tolerante al riesgo y siguen viendo a la banca en dificultades -ninguna entidad española se apunta un consejo de compra-, pero el cambio de paisaje a nivel global ha puesto en el radar del mercado a las firmas financieras.
"Esperamos una vuelta al crecimiento de las ganancias del sector en Europa en 2017. La mejora de las condiciones macro domésticas e internacionales sería un gran soporte para esto y sospechamos que pocos inversores están posicionados para este desenlace", aseguran desde Citi. En este sentido, cuando entre 2012 y comienzos de 2014 la banca europea protagonizó un impresionante rally del 75%, las recomendaciones de compra en el sector en España brillaban por su ausencia.
De momento, desde mínimos del año las entidades españolas experimentan una recuperación en bolsa del 33% de media -excluyendo a Popular que sigue pasando por su particular viacrucis-.
Durante muchos meses, el mercado ha dado por hecho que la era del precio del dinero por los suelos había llegado al mundo desarrollado para quedarse, una hipótesis que ha castigado a los bancos durante meses -los tipos bajos presionan su negocio tradicional, prestar dinero- y cuyo cambio podría apoyar un rally mayor en el sector bancario. Las mejores expectativas de inflación han impulsado al alza la rentabilidad de la renta fija soberana y las probabilidades de una subida de tipos a ambos lados del Atlántico, algo de lo que "las compañías financieras serán probablemente las mayores beneficiadas en este momento", explican desde Morgan Stanley. En esta misma línea, en Barclays indican que "cierto grado de normalización de los tipos reduciría las dudas sobre la viabilidad de los modelos de negocio de la banca con o sin crecimiento económico".
Tras el Brexit, las entidades del Stoxx 600 llegaron a ofrecer un descuento por valor en libros del 45%, una rebaja que se ha reducido hasta el 25%, según los datos de Bloomberg, pero, si de verdad las condiciones del sector mejoran, aún podrían tener camino por recorrer. "Las firmas financieras siguen muy deprimidas en un contexto de largo plazo", reflexionan en Morgan Stanley, donde consideran que "si realmente estamos viendo un punto de giro estructural para la rentabilidad de las firmas financieras y la regulación, parece que puede haber un largo camino por recorrer2.
Los expertos advierten de que los inversores no deben perder de vista que los riesgos para la banca europea no han desaparecido por arte de magia. Como muestra, esta misma semana se ha filtrado que Unicredit planea una ampliación de capital de hasta 13.000 millones de euros, una operación que debería anunciarse, en principio, cuando desvele su plan estratégico en diciembre de este año.
Además, el calendario político seguirá siendo de vértigo en Europa. "Aunque las acciones han experimentado un rally en los últimos meses, todavía hay preocupación entre los inversores sobre el sector", señalan en UBS, donde alertan de que "es probable que casi siempre haya unas elecciones, un referéndum o una votación clave en algún lugar de Europa en todo momento".
De momento, el 4 de diciembre se celebran las elecciones en Austria -unos comicios en los que la ultraderecha tiene muchas opciones de erigirse como vencedor- y un referéndum en Italia, que podría acabar con la dimisión del primer ministro del país, Matteo Renzi. "Incluso si los partidos populistas no logran acceder al poder, tienen margen para girar el debate político hacia su agenda mientras los partidos tradicionales buscan reforzar su base de votantes. Este caso sugiere que los riesgos de una mayor fragmentación de Europa pueden crecer en los próximos años", advierte el equipo de análisis de Barclays.
En este contexto, desde Morgan Stanley creen que "la subida de la inflación y la inclinación de la curva de tipos es algo positivo para las acciones de la banca" y consideran que "las entidades españolas podrían ser las más beneficiadas, combinando su sensibilidad al empinamiento de la curva de rentabilidades y la mejora de la morosidad". Aún así, entre las firmas españolas su situación difiere notablemente. En el caso de los dos gigantes del sector en España, BBVA y Santander cuentan con la incertidumbre que implica el peso que tienen las economías emergentes en sus cuentas. Los elevados tipos -al menos en comparación con el mundo desarrollado- de las economías latinoamericanas suponen un plus para el negocio, que, por otra parte, se ve perjudicado por la incertidumbre que imprime la elección de Trump y por la debilidad del crecimiento mundial.
En cualquier caso, el principal perjudicado de los últimos acontecimientos ha sido BBVA. En 2015, México y Estados Unidos supusieron el 58% de sus ganancias y con la victoria del republicano las perspectivas para el negocio de la entidad en el país han sufrido un fuerte golpe. De hecho, ha dejado de ser la mejor recomendación del sector y ya le superan Santander y Bankia.
2BBVA es el banco mejor capitalizado, pero con Bancomer y el aumento de la incertidumbre tras las elecciones en Estados Unidos marcamos su acción en negativo", señalan desde Credit Suisse International Wealth Management. Y es que el golpe mexicano a la entidad presidida por Francisco González viene desde dos frentes. Por un lado está la depreciación del peso -retrocede un 7% frente al euro desde las elecciones de Estados Unidos- y por el otro el posible golpe a la economía del país. "Incluso excluyendo los riesgos por las elecciones en Estados Unidos, el crecimiento sostenido de las ganancias de Bancomer parece amenazado por un crecimiento del PIB más suave, lo que debería ralentizar el aumento de los préstamos", explican desde UBS.
En cualquier caso, BBVA no es el banco español que se encuentra en una situación más complicada. En concreto, los expertos recomiendan no acercarse a tres entidades: Popular, Bankinter y CaixaBank, si bien la forma de llegar a esta situación varía sensiblemente -ver página 15-.
En el caso de la firma capitaneada por Dolores Dancausa ha sido la entidad que mejor ha sorteado la crisis. De hecho, es la única que logra rentabilidades sobre el capital de doble dígito (ver gráfico) y cotiza con una prima de más del 50% sobre su valor en libros. Esta resistencia a las dificultades ha hecho que los expertos consideren que está cara. Así, le otorgan la peor recomendación del sector y creen que sus títulos están un 7% sobrevalorados.
Por su parte, CaixaBank está siendo la entidad más perjudicada por el entorno de bajos tipos de interés debido a la configuración de su cartera, por lo que un cambio en el escenario de tipos implicaría una mejora sustancial de su situación. "Si en vez de un recorte vemos un pequeño impulso en el euribor a 12 meses veríamos un potencial de incremento de las ganancias domésticas de entre el 3 y el 8% y Bankia y CaixaBank tienen el mayor potencial para beneficiarse", indican en Morgan Stanley.
Popular sigue con su particular calvario y ahora el mercado duda sobre la capacidad de sacar a bolsa su negocio inmobiliario -una operación prevista para el primer trimestre de 2017-. Además, los analistas siguen castigando a la entidad y el más pesimista cree que puede caer hasta los 70 céntimos por acción, lo que implicaría un retroceso de casi el 19%. Aún así, tiene el mayor potencial, de más del 40%.
Aunque ninguna entidad española logra un consejo de compra, la mejor opción para los expertos es el Banco Santander. La llegada de Ana Botín a los mandos del banco supuso un giro de timón encaminado a convertirse en una entidad previsible y casi aburrida para el mercado. Y, de momento, parece que está surtiendo efecto en el mercado, si bien no se pueden olvidar los problemas que afronta por su exposición a Reino Unido tras el Brexit.
La mejora de la situación en Brasil (que había penalizado fuertemente al banco durante los últimos trimestres) ahora ha dado impulso al Santander. "El negocio en Brasil está logrando salir adelante gracias a la normalización de los préstamos morosos", señalan desde Credit Suisse. En esta misma línea, en UBS creen que la división de Brasil puede "sorprender positivamente teniendo en cuenta las bajas expectativas del mercado". "Vemos las noticias de Brasil inclinadas hacia el lado positivo. Hay una situación macro más positiva que lleva a unas perspectivas mejores para el volumen y la calidad de los activos. Además, es probable que la bajadas de los tipos de interés puedan ser marginalmente positivas al menos en la parte inicial de proceso", explican en la entidad helvética. Aún así, el consenso de mercado otorga al banco un potencial de solo el 5%.