Una cita concreta del calendario político en Europa acongoja al mercado: el referéndum sobre las reformas constitucionales en Italia. La victoria del 'no' se traducirá en más volatilidad e impactará en la banca.
"Europa es el emergente de las economías desarrolladas por motivos políticos", advierte Víctor Alvargonzález, director de estrategia de Tressis, al abordar el referéndum que en próximas semanas se celebrará en Italia para poner en marcha o abortar las reformas constitucionales propuestas por el primer ministro, Matteo Renzi. "Si gana el no, viviremos otro terremoto en el corto plazo", admite, por su parte, Raquel Blázquez, gestora de carteras de Ibercaja Gestión. Y no es que se haya extendido una epidemia de dramatismo en el Viejo Continente tras el Brexit, es que los italianos no solo decidirán si adelgazan el Senado a una sola cámara para acabar con la histórica ingobernabilidad del país, que ha tenido 63 gobiernos en 70 años de democracia, sino que la continuidad en el cargo del propio Matteo Renzi y la reestructuración de la banca también están en juego, y estos son asuntos que para el mercado, según coinciden los analistas, sería preferible que no se tocaran. Por un lado, porque el actual primer ministro "cuenta con el beneplácito del mercado", apunta Jaime Díez, experto de XTB. Por el otro, porque la banca italiana lleva tiempo pidiendo ayuda a gritos y hay ciertas medidas que no deberían demorarse más.
Estas incertidumbres manan de "que las encuestas no adelantan un resultado claro", incide Anabel Laín, también de Ibercaja Gestión, y de que Matteo Renzi ha cargado tanto la responsabilidad del resultado sobre sus espaldas que algunos pueden pensar que lo que se juzga en el referéndum es su gestión. De hecho, "el miedo al populismo del Movimiento 5 Estrellas (que lidera el euroescéptico Beppe Grillo) ya ha hecho que el primer ministro se plantee que su continuidad dependa del desenlace del plebiscito", reconoce Anabel Laín, quien opina que "existe la posibilidad de un gobierno de unidad nacional si se impone el voto de castigo a la política económica".
"Es una nueva página de inestabilidad para Italia y para la Unión Europea en el peor momento, ya que el problema del sector financiero no se ha resuelto todavía", concreta Christopher Dembik, de Saxo Bank. Sin duda, la banca italiana afronta su otoño más difícil "por los activos tóxicos que no ha conseguido limpiar desde la crisis", continúa Anabel Laín. El empeño del sector, de Matteo Renzi y de las instituciones europeas es solucionar el problema, pero el 'no' en la consulta puede complicar la reestructuración planteada, sobre la que ya hay muchas incógnitas. Entre otros ejemplos: UniCredit -el banco transalpino más grande- prepara un plan de ventas de activos por casi 20.000 millones de euros y una ampliación de capital por 8.000 millones, mientras MPS -la entidad más problemática- necesita 5.000 millones para no quebrar. Además, el Gobierno se ha comprometido con la Comisión Europea a vender para el 30 de septiembre los cuatro bancos rescatados a finales de 2015 (Banca delle Marche, Etruria, Cariferrara e Carichieti) con la esperanza de obtener unos 1.500 millones de euros. Durante el verano, la primera subasta recibió ofertas muy por debajo de las expectativas.
"Un 'no' en el referéndum al que le seguirá probablemente un cambio de gobierno aplazaría la reestructuración que necesita el sector financiero", explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, quien reconoce que "las bolsas confían en que pueda llegar a entrar dinero público en las entidades, una medida que rechazan las alternativas de izquierda". Desde hace meses, este complejo contexto ha elevado la presión bajista sobre el Mibtel, principal selectivo de Italia y uno de los más bancarizados de Europa junto al Ibex 35. En lo que va de año, pierde más de un 20%. Dentro del subíndice sectorial que reúne a los bancos cotizados en el Stoxx 600, Banco Popolare, que se desploma un 78%, UBI Banca, que lo hace un 65%, Banca Popolare de Milano, que se deja un 62% o UniCredit, que cede un 60%, son buenas pruebas del delicado momento que atraviesa la banca transalpina.
"La paralización de la reestructuración de la banca italiana podría penalizar al resto de sector en Europa", opina Christopher Dembik. Menos pesimista, Víctor Alvargonzález, de Tressis, coincide en que "el mercado lo notará en el corto plazo", pero añade que los riesgos "no tendrán continuidad por la acción del Banco Central Europeo". "Si hay cisne negro, no será político, vendrá de los bancos centrales", concluye el experto.
"La mayor parte del riesgo ya se ha cotizado", considera, por su parte, Anabel Laín. "Tampoco hay que dramatizar estos acontecimientos", interpela, por su parte, Rafael Hurtado, profesor de EAE Business School, quien cree que "España es un buen ejemplo". Y cierto es que, "a pesar de las dificultades de formar gobierno", el Ibex 35 logró cerrar el hueco bajista que abrió tras el Brexit a principios de septiembre, hito que consiguió el Dax 30 alemán antes de que terminara agosto.