Pese al melifluo sabor que han dejado los resultados empresariales en los paladares de analistas e inversores por haber logrado batir la mayoría de las expectativas y por producirse en un momento en el que la bolsa estadounidense está marcando máximos históricos, la realidad no es nada halagüeña para las compañías que forman parte del S&P 500. Al menos en lo que al segundo trimestre del ejercicio se refiere.
Las empresas que componen el selectivo de referencia en EEUU (cerca del 90 por ciento ya han dado a conocer sus cuentas) han registrado unas ganancias que han quedado más de un 4 por ciento por debajo de las registradas en el mismo periodo de 2015.