La volatilidad ha sido la tónica general de la renta variable estadounidense a lo largo de la semana derivada de las actas del último encuentro de la Reserva Federal ya que provocaron que sonara con fuerza junio como mes elegido para subir los tipos por segunda vez después de haberlo hecho en diciembre por primera vez en casi una década. A causa de ello, tanto el Dow Jones como y especialmente el S&P 500 borraron todas sus ganancias anuales hasta en tres sesiones consecutivas para volver a poner en verde el marcador antes de cerrar. Algo que provocó que el S&P haya mantenido soportes.
Y no ha sido fácil, el selectivo estadounidense encuentra en los 2.040 puntos su primer nivel a vigilar y ha cedido en el intradía en distintas ocasiones dicha cota aunque siempre la ha logrado recuperar poco antes de que Wall Street cerrase sus puertas.