El temporal bajista que sacude la bolsa no impidió que las acciones de Adidas llegaran a dispararse más de un 12% el pasado 18 de enero -sesión en la que el Dax alemán cerró con pérdidas del 0,25%-. La razón: el anunció del fichaje de Kasper Rorsted para sustituir a Herbert Hainer al frente de la compañía. En el último año, no ha sido la única ocasión en la que el mercado ha votado cambio. Ocurrió con Twitter, con Alibaba e, incluso, con Volkswagen.
Finalmente, la reputación del nuevo CEO de Adidas se tradujo, en cifras, en una subida del 6,25% en bolsa y en 1.000 millones de euros de capitalización. Un recibimiento por parte de los inversores que carga de responsabilidad a Kasper Rorsted y que reconoce su labor al frente de Henkel. Su empeño en la reducción de costes y la historia de crecimiento protagonizada por la firma de productos cosméticos, de limpieza y adhesivos durante los ocho años que ha permanecido bajo su dirección han creado unas altas expectativas en Adidas.