El arranque de 2016 ha sido de todo menos alcista para los mercados de renta variable en todo el mundo y, como ya ocurriera el pasado verano, China es el origen de las caídas. Los selectivos del gigante asiático han cerrado prematuramente la mitad de las sesiones hábiles del año al alcanzar unas pérdidas del 7%. Pese a ello, en las cuatro jornadas de bolsa que llevamos, el índice general de Shanghái, el referencial de las bolsas chinas, acumula unas pérdidas del 11,4% y el Shenzhen, de referencial local, del 15,2%.
Pero ¿qué hay detrás de este nuevo 'crash' chino? Algunas voces apuntan a una desaceleración económica y otras a un cambio de modelo en el gigante asiático para basar su economía más en el sector servicios que en la industria.
Desde el departamento de análisis de MG Valores estiman que ambos escenarios van unidos ya que "el resto del mundo no puede seguir absorbiendo un crecimiento de las exportaciones como en el pasado y el país ya no necesita tantas inversiones en infraestructuras". Eso provoca que la economía china, basada durante décadas en la inversión empresarial y en las exportaciones, no pueda mantenerse eternamente.
Pero las caídas bursátiles no sólo se han quedado en China, tanto los selectivos europeos como los estadounidenses han cedido sus soportes clave, lo que abre la puerta a unas caídas adicionales que pueden llegar a ser del 15%. Desde la casa de análisis indican que el temor de los mercados es que "esta transición no se haga de forma tan suave y que el país atraviese una recesión para limpiar los desequilibrios anteriores". Sin embargo, en esta transformación el consumo irá ganando peso a la inversión y las exportaciones en el PIB mientras que la industria perderá importancia frente al sector servicios. Con este proceso, las tasas de crecimiento serán inferiores a las del pasado. En este sentido, Estefanía Ponte, directora de análisis y estrategia de BNP PARIBAS, asegura que "quedan aún trimestres con datos mixtos en China apuntando a crecimientos del orden del 6.5/7.0%".
Patrice Gautry, economista jefe de UBP, señala que el período de transición está siendo más prolongado de lo esperado por las autoridades del país, lo que provoca un alto coste a largo plazo. Y es que, según concluye el experto no se está coordinando "el debilitamiento de los sectores manufactureros tradicionales frente al todavía pequeño repunte de los nuevos sectores".
En este debilitamiento encontramos como ejemplo el PMI de la fabricación de China en el mes de diciembre. En concreto, se situó en los 48,2 puntos, lo que decepcionó a los expertos que estimaban que se colocaría en los 48,9 puntos. Además, también fue más reducido que los 48,6 puntos del mes de noviembre.
Sin embargo, según Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, estos malos datos no se explican solamente por el cambio de modelo en China. El experto asegura que la debilidad que está mostrando el sector en los últimos meses también viene motivada por "las pobres perspectivas que hay sobre la economía mundial, especialmente sobre el resto de países emergentes".
En este sentido, Adrián Díaz, socio de SEDEENCHINA, señala que "la desaceleración de China no es el origen del estancamiento mundial, es la consecuencia". Así, el experto considera que uno de los problemas a los que se enfrenta el país es que no existe un comprador real para los artículos que produce China, lo que acaba repercutiendo en su demanda. Y no es el único, Víctor Alvargonzález, director de estrategia de Tressis, asegura que existe el cambio de modelo productivo en el país pero "también hay un problema de sobre producción. China produce mucho más de lo que puede exportar o consumir".
Las materias el principal damnificado
Esa caída de la demanda es la que está afectando de lleno al mercado de recursos básicos. Y es que, ya sea una desaceleración económica o un cambio de modelo para enfocar su economía hacia el sector servicios, las materias primas seguirán siendo quienes paguen los platos rotos de China. El petróleo, por ejemplo, ya se dejó más de un 30% en 2015 y en lo que llevamos de 2016, apenas cuatro sesiones, el Brent ya se anota unas pérdidas que le llevan a mínimos de 2004.
Sin embargo, Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión, señala que "el bajo precio del petróleo se debe a un exceso de oferta y no a una falta de demanda" ya que ésta se encuentra en máximos históricos. José Luís Martínez Campuzano, analista de Citi, sugiere que "lo que esperamos es el ajuste de la oferta a través de precios bajos como los actuales".
Adrián Díaz menciona una "burbuja de las materias primas" de la que asegura que "se habla poco ya que no hay experiencias anteriores en otros países". Según el experto, es difícil cuantificar cuándo terminará su corrección si tenemos en cuenta que "existe una gran cantidad de productos producidos y almacenados buscando unos compradores que no existen".
No todos pierden
Como en cualquier cambio de escenario, hay perdedores pero también actores que salen ganando. Miguel Casas, analista de DiverInvest, estima que los países emergentes vecinos del gigante asiático como Vietnam, Indonesia o India se verán beneficiados de una China más enfocada al sector servicios ya que "mejoran sus exportaciones ganando cuotas de mercado a costa de un coste creciente de producción en China".
Para Tomás García-Purriños, analista del grupo de Advisory de MoraBanc, es la propia China la que debería ser la principal ganadora de este paso a "una economía más sostenible". Aun así, el experto concluye con que "esto no se sabrá hasta el final del cambio ya que en la economía global se ha materializado en una caída del comercio mundial".