Las turbulencias en su sector la llevaron a sus mínimos anuales a comienzos de agosto, desde donde la compañía rebotó y, gracias a sus resultados, recuperó el respaldo de los expertos.
El 1 de agosto, IAG (IAG.MC) presentó sus cuentas para el primer semestre del año, en las que mostraba un beneficio neto de 96 millones de euros frente a los 503 millones pérdidas del mismo período del año anterior.
La noticia, sin embargo, no apagó los incendios en el sector, afectado principalmente por dos profit warnings de compañías con peso internacional como Deutsche Lufthansa y Air France que castigaron al resto de aerolíneas mientras se incrementaba la tensión en Ucrania.
Estos hechos llevaron a IAG a descender hasta sus mínimos anuales en los 3,965 euros el 8 de agosto. Desde ahí, la compañía retomó el vuelo y comenzó un rebote respaldado por los expertos, que mantuvieron sobre ella la recomendación de compra que la ha ayudado a seguir al acecho de Los 5 estrellas de la bolsa, la herramienta de Ecotrader que selecciona los mejores valores por recomendación y otras fortalezas fundamentales.
A sus buenos resultados, se unió el dato de viajeros hasta agosto: 51,4 millones, un 17,6% más respecto a 2013.
Esto sirvió para apuntalar su consejo de compra, edificado principalmente sobre el carril alcista que se la concede en bolsa (por encima del 25%) hasta su precio objetivo, que los analistas sitúan en los 5,78 euros, y por su ratio PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción), que con 7,9 veces de media en 2015, la coloca como la compañía más barata de la bolsa española.
La razón para este abaratamiento por PER hay que buscarla en las estimaciones que sitúan su beneficio por acción al final de año en 0,389 euros, lo que supone un incremento de un 101,5% respecto a 2013.