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Las empresas de EEUU destinan el doble que las europeas a pagar a sus accionistas

María Domínguez
21/07/2014 - 21:49 | 07:00 - 22/07/14
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El mercado europeo es la estrella de la retribución al accionista. ¿O no? Si analizamos las cifras globales y no sólo tenemos en cuenta los dividendos sino también los planes de recompra de acciones, las compañías de Estados Unidos aventajan a las del Viejo Continente.

Fijémonos en los dos índices de referencia a uno y otro lado del Atlántico, el S&P 500 y el Stoxx 600. La conclusión parece clara: en 2013, las compañías estadounidenses fueron más generosas que las europeas. Los integrantes del S&P destinaron a sus accionistas 834.000 millones de dólares (616.000 millones de euros) o, visto de otro modo, dedicaron el 82 por ciento de sus ganancias a retribuir a sus inversores, según los datos de Bloomberg (ver gráfico). Ello se tradujo en una rentabilidad superior al 5 por ciento, por encima del 4 por ciento ofrecido por las empresas europeas, que destinaron al mismo concepto 337.000 millones de euros, es decir, un 37 por ciento de su beneficio neto.

Las ganancias de los componentes del indicador europeo superaron los 900.000 millones de euros, por encima de los de su homólogo norteamericano, de 740.000 millones; pero, pese a ello, las compañías del S&P 500 están muy por encima en retribución al accionista. Y no es algo puntual: en años anteriores, el resultado es similar.

En este cálculo, tal y como se ha comentado, no sólo se ha tenido en cuenta el pago de dividendo, sino también los planes de recompra de acciones. ¿En qué consisten estos programas? En que una compañía vuelva a adquirir sus títulos con el objetivo de amortizarlos. ¿Y por qué se considera que con esta fórmula se retribuye al accionista? Porque, al reducir el número de títulos en circulación, el beneficio por acción se incrementa. El hecho de que esta práctica sea más habitual en Estados Unidos que en el Viejo Continente es el que, en el cómputo total, inclina la balanza hacia dicho mercado.

Europa, líder por sus pagos

Dejando a un lado la política de recompras, en lo que sí son claras vencedoras las empresas europeas es en la rentabilidad de sus pagos, que ascendió al 3,13 por ciento en el Stoxx 600, notablemente por encima del 2,10 por ciento de las compañías del S&P 500. La cantidad destinada a dividendos también es ligeramente superior en Europa: 254.000 millones de euros en 2013, por encima de los 247.000 millones que abonaron las norteamericanas.

En lo que llevamos de año, por el contrario, los componentes del indicador europeo han destinado 40.200 millones a abonar dividendos según Bloomberg, lejos de los 74.000 millones repartidos por sus homólogas americanas.

Félix González, socio director general de Capitalia Familiar, hace alusión a las diferencias entre ambos mercados para explicar las distintas políticas de retribución en uno y otro. "La cultura del dividendo está fuertemente asentada entre buena parte de los inversores europeos, para los que probablemente no sería tan atractivo recibir dicha remuneración de forma indirecta a través de la recompra de acciones".

En otras palabras: dicha forma de remunerar es menos evidente que el cobro explícito de un dividendo, "a pesar de que fiscalmente es más eficiente", remata Félix González.

¿Por qué recurren más las empresas estadounidenses a esta fórmula? Las clave de las recompras de acciones es que mejoran el ratio de beneficio por acción. "En Estados Unidos está muy extendido que los ejecutivos de las compañías cobren bonus vinculados a la consecución de determinados objetivos de beneficio por acción. El reducir el número de acciones les beneficia en este sentido", comenta el socio director de Capitalia Familiar, que también señala que modificar la política de recompra de acciones es más fácil que recortar el dividendo. Dicho de otra forma: si una empresa recompra acciones hoy y no vuelve a hacerlo hasta dentro de varios años, no será penalizada por el mercado, algo que sí ocurrirá si cancela el pago del dividendo. Por otro lado, las empresas venden esas recompras como si fuesen actos de fe, como si al efectuarlas demostrasen que confían plenamente en la buena marcha del negocio.

Félix González también señala que, en muchos casos, las empresas norteamericanas utilizan la caja, y no las ganancias, para abonar dividendos. "Los balances y cuentas de resultados de las empresas estadounidenses son hoy en día más sólidos que los de las europeas. En EEUU se dispone de más caja que aquí y una forma de evitar que esa caja sea mayor de lo deseable es utilizarla para la recompra de acciones". Ejemplo de ello es la multinacional Apple, que hace sólo unos meses confirmaba, hasta finales de 2015, un programa de recompra superior a los 130.000 millones de dólares de caja.

Ocurre justo lo contrario que en Europa, donde cada vez más compañías optan por remunerar en acciones (el scrip dividend), precisamente para limitar el drenaje de caja, a veces muy limitada, y para refozar la estructura de balance mediante más capital. La recompra de acciones es, a su vez, el mecanismo con el que algunas empresas europeas intentan compensar los efectos del scrip dividend: éste perjudica a los accionistas que opten por percibir la remuneración en efectivo, ya que, al aumentar el número de títulos, su participación se diluye y, con él, lo hace la parte de los beneficios futuros que les corresponde. La recompra, a la que ya han recurrido empresas españolas como Iberdrola o ACS, pretende servir de contrapeso a esos efectos nocivos.